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España España · Valladolid
Voto de Marcos B:
7
Drama Jerez de la Frontera, 2012. Rocío, una madre soltera y sin trabajo, no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio. Vive con a su hijo de ocho años en un piso cuyo alquiler no paga desde hace meses, de modo que el dueño la amenaza continuamente con echarla a la calle. Para hacer frente a los gastos de manutención y alquiler, realiza trabajos ocasionales mal pagados y vende en el top manta objetos encontrados. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué es el terror? La Real Academia Española recoge en su primera acepción de terror lo siguiente: —1. m. Miedo muy intenso.— Si pensamos en el terror aplicado a las Artes Cinematográficas, fácilmente nos remitirá al genero cinematográfico que busca causar miedo y angustia en el espectador ¿Es imprescindible poblar un relato de terror con elementos típicos del género? En ningún momento se ha escrito en ningún manual de cine, que sea necesario recurrir a los clichés para causar terror. Es más: en los últimos tiempos los géneros han dejado de ser puros, para mezclarse y volcarse de las formas más variopintas y singulares.

¿Es Techo y Comida una película de terror? Rotundamente no. Pero es capaz de sublimar de tal forma el drama, que consigue poblar su tejido de jirones de puro pánico. Juan Miguel del Castillo debuta en el largometraje con una película absolutamente demoledora en muchos aspectos. Es seca y cortante como el filo de una navaja, es claustrofóbica hasta llegar a límites prácticamente inéditos dentro del drama hecho en España, y provoca un revulsivo que consigue que muchas veces quiera mirar hacia otro lado. Consigue contagiarme una sensación de no hay salida, que aprieta el corazón en un puño con una mano invisible no dispuesta en ningún momento a ceder la presión.

Confeccionada en su mayor parte de planos cortos y asépticos. Recorriendo cada micra de la piel de Natalia de Molina, y llevando su interpretación a un estado casi expresionista. Tocando la estratosfera al son de una Falconetti encerrada entre cuatro paredes de hormigón armado. Así es el recital de la Molina, que jamás pensé que me daría semejante puñalada en alma y retorcería en la herida para dejarme en verdadero estado de shock. Se pueden pegar gritos para aterrorizar, pero muchas veces no hay nada tan terrorífico y elocuente como el silencio. Casi sin datos de su personaje, ni como ha llegado a su situación; el magnetismo que desprende su aura, se debe únicamente a lo que vemos dentro del encuadre. El más difícil todavía y yo sin enterarme.

Es un conjunto del todo, de la suma de los detalles en su globalidad que pueblan la película. Una lágrima, una oración, un beso o una caricia. Nadie debería salir intacto de esta película. Para bien o para mal. Tan sólo un inmisericorde hijo de la gran puta no sentiría nada al ver desfilar los títulos de crédito finales.

Juan Miguel del Castillo se llama. Ese es el objetivo a seguir de cerca en el cine de España.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Marcos B
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