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Voto de Jota García:
7
6,4
16.522
Drama
Álvaro (Javier Gutiérrez) se separa de su mujer, Amanda (María León), una exultante escritora de best‐sellers, y decide afrontar su sueño: escribir una gran novela. Pero es incapaz; no tiene talento ni imaginación... Guiado por su profesor de escritura (Antonio de la Torre), indaga en los pilares de la novela, hasta que un día descubre que la ficción se escribe con la realidad. Álvaro comienza a manipular a sus vecinos y amistades para ... [+]
4 de diciembre de 2017
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Asunto peliagudo el de escribir para los que pretenden, pretendéis o pretendemos hacerlo o seguir haciéndolo. De ello trata el film del sobrio y depurado Manuel Martín Cuenca bajo la idea original del flamante escritor Javier Cercas. Después de haber presentado la anterior película titulada Caníbal, el director de ésta había conseguido epatar al público especializado o, más bien, a la crítica despolitizada y recoger el respaldo para una propuesta aún mayor, como puede ser la que nos ocupa. La adaptación de un autor consagrado con un reparto a la altura de lo mejor en el panorama nacional. Antonio de la Torre adquiere aquí un rol secundario y que le aleja de la gran interpretación que plasmó en la anterior película, en la que confeccionaba trajes como el que se comía un buen filete. Ahora es un profesor de literatura que queda reducido a escasas escenas para las que casi parece más un personaje mismo de la historia, con su histrionismo y vanidad, que un verdadero instigador del oficio. En cambio, Javier Gutiérrez sí teje en esta ficción más de lo que en un principio aparenta y termina resultando imprescindible para la función.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un abogado mediocre, hastiado y al borde de un ataque de nervios, como rezaba la de Almodóvar, decide porque no le queda otra ante el éxito editorial de su simplista y resultona mujer escritora, dedicarse a hacer una novela de altura, inmensa, de verdad. Ante esto, debe hacer frente a la presión de su profesor, pasado de vueltas y con intenciones turbias, y a las propias trampas que él mismo va poniendo a sus nuevos vecinos para poder así, escribir su propia historia. Un ángulo de muchos lados que consigue también un buen resultado, quizás no tan sorprendente como Caníbal pero sí más sugerente. La moraleja de cualquier aspirante, saber donde está el límite entre lo real y lo ficticio.