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Voto de Isaac Paskual:
8
Thriller. Drama. Comedia Abandonado a los 12 años, Ricky (Mario Casas) ha sobrevivido en la calle junto a prostitutas, chulos y yonkis. Ahora, con 23 años y ante la inminente salida de la cárcel de su madre, Pura (Ángela Molina), Ricky decide poner en marcha un club de alterne, el Hiroshima Club. Un puticlub como regalo, donde ella pueda ser la regente y dejar su pasado como prostituta. Ricky se enfrenta al pasado de una madre que le dejó tirado años atrás, ... [+]
13 de diciembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reviso “Carne de neón” a colación del varapalo que me he llevado con “Adiós”. Y que queréis que os diga, flaco favor le he hecho a está última. Todo por lo que la gente aúpa “Adiós”, Paco Cabezas ya lo hizo con infinita mayor eficacia y sin artificios en “Carne de neón”.
«Los niños son inocentes. No deberían pagar por los pecados de sus padres. No es justo. Pero quien dijo que el mundo es justo», dice en un momento dado el personaje de Darío Grandinetti. Y no puede haber frase que resuma mejor la esencia de “Carne de neón”. El amor paternofilial y viceversa sin miramientos es una constante en la filmografía de Paco Cabezas, y este film es su magnum opus. La “Pulp Fiction” (Quentin Tarantino, 1995) cañí, si me apuran.
“Carne de neón” es pura esencia Paco Cabezas. Una esencia que en “Adiós” solo hizo acto de presencia en la genial escena del taladro. Este tercer largometraje del realizador sevillano, basado en un corto homónimo de 2005 del propio Cabezas, es una genial y chispeante mezcla entre el thriller y la comedia negra que nunca deja aparcado del todo el drama.
Todos los personajes de “Carne de neón” me encantan. Podríamos decir que ya solo el de Ángela Molina se basta y se sobra para darle mil vueltas a cualquiera de los de “Adiós”, por mucho sentimentalismo de atrezzo que digan poseer. La relación que se establece entre esta y su hijo, desenlace incluido, me parece portentosa. Pero es que luego no hay una sola subtrama que no tenga sustancia. Todo ello oculto bajo esa falsa fachada de obra sin pretensiones que tiene el film.
En fin, me sigue encantando “Carne de neón”. No pienso negar que un desarrollo menos lineal le habría sentado de lujo, pero que le vamos a hacer. Y además, en este revisionado he descubierto que la tenía muy olvidada. No solo ya toda su recta final me ha sorprendido nuevamente, sino que ni me acordaba que Antonio de la Torre aparecía en el film.
Isaac Paskual
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