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Voto de Isaac Paskual:
3
Comedia. Romance Sara es una joven que culpa al karma de su mala suerte. Se encuentra en un momento difícil luchando porque salga adelante el negocio de plumas que ha abierto, que se junta con el divorcio de sus padres, un novio al que no ha visto en un año y el anuncio de que su hermana se casa con el que fuera el gran amor de Sara cuando iba al instituto. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”, y cuánta razón niños. En el fondo el que ha querido ver esta película he sido yo. ¿Por qué iba a culpar al karma?...
En verdad no me he leído la novela de Laura Norton, best-seller dicen, en que se basa “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”. Pero si esta visión que tiene de ella María Ripoll es medianamente fidedigna, es como para resucitar a Hitler para que queme todas las copias. Menudo despropósito.
La catalana María Ripoll se ha pegado de 2014 a 2016 entregando una película al año. Primero la muy interesante y recomendable “Rastros de sándalo” en 2014, luego la fallida y olvidable “Ahora o nunca” en 2015, y finalmente en 2016 la ya citada “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”. Y para ser honesto, con cada nueva película ha ido a peor. Por fortuna hasta 2019 no ha vuelto a dirigir.
“No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas” nos narra los dimes y diretes de Sara, una hípster, de profesión fracasada empedernida, a la que todo le sale mal. Aunque no me negarán que montar, en plena crisis, un negocio de complementos hechos únicamente con plumas naturales, no es tentar a la suerte. En el amor, como no podía ser de otra forma, tampoco le mejor. Su novio se marcha al extranjero a labrarse un futuro y, para rematar la faena, su hermana se va a casar con el amor platónico de infancia de la pobre Sara. En fin, ya tenemos armada la comedia romántica de turno construida a base de clichés, personajes insufribles desapegados de la realidad y un sentido del humor desparecido en combate.
¿De verdad todos los hipsters eran tan insufriblemente insoportables como los pinta “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”?… Porque, si es así, menos mal que se extinguieron.
Como comedia romántica que es, la cinta de María Ripoll no funciona en ninguno de ambos aspectos. Así que ya me dirán. Luego, en términos de resolución de conflictos la película es lo más previsible que me he llevado a la boca en años. Actoralmente “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas” es de esas obras que llevan por bandera lo de: ningún actor sin su pertinente escena que provoque vergüenza ajena.
En fin, debería haberme ahorrado esto.
Isaac Paskual
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