Muchas cosas se le podrán afear a “El pregón”, pero simplemente ya por el hecho de unir con fines cómicos a esos dos monstruos llamados Berto & Buenafuente, ya le ponía una estatua en la plaza del pueblo.
El delirante y demencial videoclip con el que se abre “El pregón” es una inequívoca señal de que esta no es la típica comedia patria de cadena de montaje, eso que toda la vida hemos llamado españolada. En este film de Dani de la Orden hay más. Aunque no es menos cierto que al lote le han faltado varios minutos de cocción. los garbanzos están algo duros y el puerro poco hecho.
A Juan y Richi, dos hermanos distanciados, la vida no les ha sonreído últimamente. En los noventa lo petaron con un grupo musical de electropop, pero tras separarse sus vidas se fueron al traste. Ahora, bajo el pretexto de dar el pregón en las fiestas de su pueblo, volverán a reunirse. Pero las intenciones del alcalde de esta localidad van mucho más allá de un simple discurso.
Así da comienzo “El pregón”, una comedia con la que, a pesar de su notable falta de cocción, me lo he pasado genial. Se nota que los gags no están redondeados del todo, y que la historia podría haber dado para bastante más que un film de escasos setenta minutos, pero hay buen corazón en todo el lote y suficiente diversión como para profesarle amor al producto.