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Voto de Isaac Paskual:
4
Comedia. Romance Las alarmas de Koldo (Karra Elejalde) se encienden cuando se entera de que su hija Amaia (Clara Lago), tras romper con Rafa (Dani Rovira), se ha enamorado de un catalán (Berto Romero). Decide entonces poner rumbo a Sevilla para convencer a Rafa de que lo acompañe a Cataluña para rescatar a Amaia de los brazos del joven y de su ambiente. Secuela de "Ocho apellidos vascos". (FILMAFFINITY)

3 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ocho apellidos catalanes” es una película que existe, sencillamente, porque tenia que existir; es básicamente un daño colateral del arrasador éxito en taquilla de su predecesora, “Ocho apellidos vascos” (Emilio Martínez Lázaro, 2014).
A la hora de la verdad “Ocho apellidos catalanes” repite al milímetro la fórmula usada en la anterior entrega, pero esta vez obtiene peores resultados. Comedia romántica de parvulario como historia base trufada de chistes sobre tópicos culturales, no hay más. En “Ocho apellidos vascos” se le pudo dar el visto bueno a ese esquema con pasmosa facilidad debido, en gran parte, al relativo factor sorpresa de empezar a reírnos de cosas con las que nos costaba hacer humor, pero ahora ya ese modelo no resulta tan inesperado o sorpresivo, así que se le pone muy cuesta arriba a “Ocho apellidos catalanes” obtener el visto bueno tan fácilmente.
En “Ocho apellidos catalanes” dejan de funcionar incluso las pocas cosas que realmente funcionaban en su predecesora, y obviamente lo que no funcionaba entonces tampoco lo hace ahora. En lo concerniente a comedia romántica la cinta es más previsible y plana, costumbrista a más no poder. La pareja Clara Lago Dani Rovira sigue demostrando entre poca y ninguna química en pantalla. Por no hablar de que todo lo que acontece en la trama sigue resultando muy forzado. En lo referente a chistes de nacionalidades “Ocho apellidos catalanes” es más repetitiva y tiene mucha menos chispa, seguramente por lo que decía antes del factor sorpresa. Y los gags cómicos tampoco resultan excesivamente llamativos, los hemos visto mil veces. Como película en conjunto es aún más deslavazada e inverosímil que su predecesora.
Seguramente lo que más me gustó de “Ocho apellidos vascos” fue la pareja Karra Elejalde Carmen Machi, ahí si que había química y calidad. En “Ocho apellidos catalanes” sucede tres cuartos de lo mismo, aunque el aumento de personajes les resta tiempo en pantalla. Y hablando del reparto, al único personaje al que le cogí verdadero cariño fue al de Belén Cuesta, la más natural de todo el casting.
En definitiva, “Ocho apellidos catalanes” es más de lo mismo. Habrá que ver hasta donde es capaz de aumentar la bola de nieve.
Isaac Paskual
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