"Red state" es una de las películas que más ha calado en mi subconsciente durante el ultimo año, y además he descubierto que Kevin James es una especie de Quentin Tarantino pero con moraleja final. Y esa moraleja hubiera sido todavía más poderosa si los créditos finales del film hubieran ido acompañados de la canción "Why can´t we be friends?" del grupo californiano War.
"Red state" es un film que nos demuestra que todos estamos bajo el yugo de alguna secta, ya sea religiosa o burocrática. Y la ceguera que nos produce estar bajo esos yugos nos convierte en ovejas, solo aptas para acatar ordenes sin pensar más de un segundo en las consecuencias. Si ya el personaje de Michael Parks, ese pastor fundamentalista y radical, nos parece el malo de la función; es tremendo el momento en el que John Goodman, el policía, se dedica a seguir las ordenes del superior que le habla por teléfono como si fuera su dios. La ironía que plantea Kevin James con esa escena es brutal. Argumentalmente hablando "Red state" no será una obra maestra, pero las connotaciones que maneja son increíbles.
El punto débil del film llega en el apartado técnico. Kevin James no se sabe desenvolver con soltura en el thriller. "Red state" va como a trompicones; a veces tiene ritmo pero luego este desaparece, luego aparece de nuevo. Al film le falta ser más contundente como thriller, y eso deja en evidencia a su director que en este sentido tiene mucho que aprender.
Aun así, "Red state" es un film que recomiendo enérgicamente.