El daño que ha hecho la saga "Crepúsculo" al cine fantástico es brutal, e incluso denunciable si se ponen quisquillosos. No tuvieron suficiente con estropear de mala manera la reputación de los vampiros y de los hombres lobo; pues ahora llega "Memorias de un zombie adolescente", cinta que solo sirve para mancillar el honor de los muertos vivientes. Y yo, como devoto del cine de terror me pregunto, ¿Que obsesión les ha entrado a los escritores de novelas para adolescentes con apropiarse a la fuerza de los mitos del cine de terror, solo para convertirlos en latin lovers del siglo XXI?, ¿Veremos en breve la desconocida relación homosexual entre Freddy Krueger y Jason Voorhees?...
Al margen de lo anterior, dentro de lo poco al margen que lo puedo dejar, había ciertas cosas que esperaba encontrar en "Memorias de un zombie adolescente" y que desgraciadamente no he visto. Por ejemplo, algo más de sentido del humor, ya que el argumente se prestaba a ello. Pues nada de eso, el humor queda limitado a cuatro chistes puntuales metidos con calzador y nada más. En beneficio del film de Jonathan Levine he de admitir que, por lo menos no resulta tan ñoño como cierta saga de vampiros y hombres lobo que prefiero olvidar.
Otra cosa que ansiaba ver en "Memorias de un zombie adolescente" era el ritmo y la agilidad narrativa, su duración de noventa minutos me invitaba a ello. Pues no, nada de eso, la cinta es lentita a más no poder. ¿Realmente a los adolescentes de hoy en día les gustan las películas de ritmo lento y mortecino?...
"Memorias de un zombie adolescente" es un film que al margen de su punto de partida no sorprende en nada más. Es más de lo mismo.