Segunda película de Tim Burton, donde ya se aprecia su estilo claramente: los seguidores del director no se la deben perder... en ocasiones recuerda a otras grandes obras suyas como Eduardo Manostijeras (en la forma de rodar las imágenes iniciales) o La novia cadáver (en las escenas finales).

El que no conozca la forma de trabajar de Burton se encontrará con una buena comedia sobrenatural con una atractiva idea de partida y un argumento entretenido, además de con personajes y situaciones muy imaginativas (que darían pie a la serie basada en el mismo personaje).

El guión contrasta momentos muy originales (como el enfoque del "más allá" con ese aire burocrático) con otros un poco más infantiles que divierten pero que para mi gusto desentonan un poco (como la posesión a la familia y sus invitados durante la cena)... sin embargo, predominan los primeros.

La banda sonora es notable, con un tema principal muy bueno que nos acompaña durante el recorrido por el pueblo en la escena inicial. Muy destacable también el pegadizo tema “Day-O (The Banana Boat Song)”, de Harry Belafonte.

Muchos de los actores de esta película volverían a trabajar con Burton en algunas de sus películas posteriores, y he de decir que Michael Keaton me gusta más en el papel de Beetlejuice (lo borda) que en el de Batman.

Los decorados son una efectiva combinación de lo cómico y lo tétrico, y el maquillaje se ganó a pulso el Óscar. Algunos efectos visuales son algo rudimentarios (como el de la serpiente de arena), pero aunque sorprenda, encajan muy bien con la estética de la película.