He tardado quizá demasiado en atreverme a escribir este comentario. He querido tomarme unos días para asimilar lo que he visto este fin de semana en el cine y, para ello, no he leído ni una crítica de otros usuarios ni otras de los llamados críticos profesionales. Y tampoco he escuchado comentarios de podcast o programas de radio especializados. No quería sentirme mediatizado para hablar de este film, que más que film, habría que denominar acontecimiento. Porque eso es lo que es la película que se ha estrenado hace poco: un acontecimiento.

Me acerqué al cine con mi entrada comprada bastante tiempo antes sin haber visto ni un sólo tráiler ni haber leído una sola referencia de la película: quería llegar tan virgen como me fuera posible. Tampoco quería tardar más de dos días en verla porque era probable que ya me enterase de algo y me hubiera sentado como una patada en dicha sea la parte. Así que, me senté en mi butaca y pasé las tres siguientes horas imbuido en un torbellino de emociones, en una montaña rusa de sensaciones que me han tenido varios días dándole vueltas a la cabeza. Reí, lloré, me emocioné, aplaudí, me enfadé, me decepcioné, me volví a emocionar... en definitiva, disfruté. Salí del cine con una mezcla de sentimientos que iban desde la incredulidad hasta el vacío... porque me sentí vacío y triste. Triste por tener la certeza de que ya no iba a ver nada semejante en una pantalla de cine, que habíamos sido testigos todos de algo único en el mundo del entretenimiento: hemos asistido al final de una época. Una época que nos ha hecho disfrutar a millones de personas como enanos. Y por ello, solo se me ocurre una palabra para expresar mis sentimientos: Gracias-

De buen nacido es ser agradecido, y yo lo estoy a Marvel porque me ha hecho disfrutar muchísimo todos esos años: Ha habido films mejores y peores, pero con todos he disfrutado, me han transportado a mi infancia y adolescencia cuando descubrí a estos personajes y compartía con ellos todas sus aventuras. Como digo, las ha habido mejores y peores, y quizá la calificación que le pongo a este film es por todo lo que ha significado más que por la opinión que pueda tener, porque he de reconocer, que me gustó más "Infinity War". No puedo negar que esta película está muy bien, realmente muy bien, pero disfruté más con la anterior. Lo expresaré con una teoría que he ido mascullando y que me gustaría compartir, por si a alguien le da por leer esto: se debe al síndrome Nolan y al síndrome Tarantino.

Antes de que la gente ponga en duda mi cordura, me explico: lo del síndrome Nolan es por lo siguiente. Comparo el trabajo de Nolan con el trabajo de los hermanos Russo, es decir, cojo únicamente las tres pelis de los Russo que perfectamente pueden ser consideradas como una trilogía. En ambos casos (Nolan y los Russo) comenzaron con una película rompedora, que sorprendió a todos por su madurez: fue una magnífica carta de presentación ("Begins" y "Civil War"). La segunda fue la cima. Un antagonista fantástico y una solidez narrativa que dejó boquiabiertos a los fans y a los espectadores en general. Esto hizo crear unas expectativas altísimas en el público y no era para menos ("El caballero oscuro" e "Infinity War", respectivamente). La película que cierra ambas trilogías son dos magníficos epílogos pero que quizá han sabido a poco por lo espléndido de las propuestas anteriores. Tanto "The dark knight rises" como esta "Endgame" son grandes películas pero es posible que a muchos les haya sabido a poco. Si somos justos, veremos que no es así.

El síndrome Tarantino lo traigo a colación al considerar esta "Endgame", junto a su predecesora, un díptico al estilo "Kill Bill". En el trabajo (magnífico) del director de la quijada prominente, el primer volumen era el dedicado a la acción pura y dura, un súmum de escenas que llegaban a un clímax memorable, pero la segunda era el film dedicado a la reflexión, al sentimiento, todo ello condimentado con algunas escenas memorables. A mi parecer, lo mismo ocurre con "Infinity War" que es la acción y con "Endgame" que es la introspección. Con unas escenas inolvidables, no hay que obviarlo.

Porque hay escenas que te dejan helado. Fui a una sesión con mi mujer y mi hija de diez años a las seis de la tarde, con una sala llena y con un montón de mocosos que gritaban a la mínima. Pero hubo un par de momentos (o quizá más) en que no se escuchaba ni la respiración de ninguno de ellos. El silencio era total, tal era el nivel de expectación que todos estábamos compartiendo. Junto a estos momentos, hay otros de pura emoción, de pura alegría y júbilo que arrancaron aplausos y gritos de éxtasis. Así me vi, con más de cuarenta años y peinando canas, llorando, aplaudiendo y gritando como un crío de quince años. Por eso, sólo puedo decir una cosa. Gracias, Marvel.

Esta película es el final de algo grandioso, lo debe reconocer hasta quien reniegue de este tipo de películas, hasta los intelectualoides que desdeñan esta clase de cine, esos gafapastas que sólo creen que se debe llamar cine al iraní o al coreano. Que yo no digo que no esté muy bien, pero este también. Habrá que reconocerle a los hermanos Russo su pericia para (re)crear un universo y rodar esas escenas con esa habilidad, digo yo. Se podrá reconocer a Marvel su capacidad para juntar en un film a semejante plantel de actores que van desde Robert Downey Jr. a R. Redford pasando por Michael Douglas o Natalie Portman. Eso tiene un mérito. No se han juntado aquí tres abrazafarolas, precisamente.

Comento en el spoiler lo que más me ha gustado y lo que menos, no quiero destripar la película a nadie.