Tres cosas muy importantes quiero dejar claras: preservo su trama para no reventar nada. La segunda es que desgraciadamente no me he leído la novela, porque si la película tiene su enjundia a nivel argumental sospechamos que la novela aún más. La otra es que su adaptación a la pantalla era un despropósito por su dificultad y ante todo un reto básicamente de dirección, como en su día pudieron suponer “Náufragos” de Hitchcock o “Tiburón” de Spielberg. Ante todo es una película de “autor”, sin que ello implique que su éxito deba ser reducido. Su resultado final dependía básicamente del acierto del director, me refiero sin duda a ésta y a las mencionadas. Si a eso le sumamos que “La vida de Pi” toca temas que habitualmente en el cine comercial se eluden y que su tono es la cara opuesta a “La historia interminable” o a “Las crónicas de Narnia”, el resultado aún es más asombroso, porque en esta ocasión Lee no ha sido eclipsado por el humo de pirotecnia, como le ocurrió en su más fallida película “Hulk”. Ha utilizado al equipo técnico aprovechándolo hasta el máximo, convirtiéndose en un derroche placentero para los sentidos y sirviéndose de los mejores efectos especiales, sin abusar en su parafernalia, dando como resultado una de las películas más preciosistas y maduras de los últimos años (creo que la iluminación en las escenas nocturnas son las mejores que hasta la fecha se han conseguido rodar para cine). Aunque no me guste etiquetar podría ser el “Días del cielo” de esta década, con algunos fotogramas que pueden pasar por lienzos gracias a una fotografía atronadora de Claudio Miranda y una subyugante banda sonora del ignorado por la academia de Hollywood, al menos por ahora, Mychael Danna.
Aunque no creo que sea una obra redonda sí pienso que su resultado final es muy notable, sumando otro logro más a una trayectoria magnífica, donde el inteligente Ang Lee demuestra que es hoy por hoy, uno de los mejores directores de cine capaces de hacer lo que vengan ganas y con las bazas suficientes para que le salga bien.
Pero por todo esto los padres desinformados que lleven a sus hijos a ver una más de “animalitos” que se lo piensen y si no es así, que luego se piensen lo que han visto, que ya está bien de hacer las películas como churros sin desarrollar ninguna capacidad de análisis ni alimentar el espíritu con algo que tenga alma, nunca mejor dicho.