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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
3
Ciencia ficción. Acción. Aventuras. Romance En un mundo distópico en el que la sociedad se divide en cinco categorías (Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición), los jóvenes deben elegir, atendiendo a sus virtudes personales más destacadas, a qué facción pertenecer. Beatrice sorprende a los suyos con su decisión, pero ella no es como los demás: guarda un secreto del que podría depender el orden social e incluso su propia vida. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2014
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llama la atención que este guión se base en una novela, al parecer nada breve y con continuaciones. La adaptación puede que no haya sido acertada, pero los elementos que maneja los he visto mejor llevados a cabo hasta en guiones que desgraciadamente nunca verán la luz. Y es que está de moda dentro de la ciencia ficción, el centrar la historia en el futuro y donde alguien, en este caso una chica “descubre que es diferente” al tener poderes o una inteligencia superior al resto, da igual. Eso mezclado con crisis social y un nuevo orden político como telón de fondo. De cómo se barajen sus posibilidades dependerán la calidad de sus secuelas pero me temo, que en el mejor de los casos, seguirán la línea iniciada por “Divergente”, que para abreviar, es una película más del género, no es de lo peor que hemos visto pero no le podemos ni dar ni el mero aprobado. Entre el tópico y la desidia se mueve constantemente, con el agravante que de por medio de la acción, se incluya un largo spot nada educativo que induce a los jóvenes a proponer pruebas para mostrar su “valor” tales como saltar a las azoteas desde vagones de metro en marcha que van por el exterior y sin mamparas de protección, claro, o a pelearse entre ellos con saña y sin motivo. La pena es que no incluyan el tirarse desde un trampolín a una piscina vacía. Y todo para ingresar en un grupo de “rebeldes inconformistas” que contradictoriamente se someten gustosos a un régimen que sobrepasa el nivel del pandillero más estricto o el militar, un régimen piramidal y fascista donde todos entrenan mucho pero nadie rechista, no se fuma, ni hay sexo, ni drogas, ni alcohol, ni rock and roll y ni tampoco dicen palabras malsonantes. Todo diseñado para una audiencia no ya joven sino que no estén realmente en este mundo. Sus peleítas se notan que están “coreografiadas” en exceso, no hay tensión dramática o veracidad, y se nota tanto que, con la música que le ponen de fondo parece un video promocional del grupo “Stomp”. Que por cierto su música, en la que también anda ahí de por medio Hans Zimmer es constante, todo está facturado como un videoclip, nunca como un largometraje de cine, y se utilizan canciones como transición entre las escenas, de ahí que incluyan casi dos docenas de temas. En cuanto a su reparto pues los más veteranos llevan a cabo papeles secundarios, destacando el caso de Kate Winslet, no porque su labor sea reseñable (mejor está Maggie Q.), si no porque tiene un papel parecido en longitud, carácter y calidad al que hacía Jodie Foster en “Elysium”. La inexperiencia de los protagonistas se hace más patente cuando comparten escena con los más experimentados, aunque hacen lo que pueden, ellos más que ellas, como los guapitos Ansel Elgort, al que veíamos hace poco en “Carrie (2013)” o sobre todo Theo James, que nos recuerda mucho en algunos planos al actor alemán Moritz Bleibtreu. No hay más en esta nueva franquicia que firma Neil Burger, que se desarrolla en Chicago, ciudad famosa porque el viento suele soplar con fuerza, cosa que en un futuro al menos se arreglará con el cambio climático ya que ese detalle ni aparece en el fim. Pues no hay mal que por bien no venga, digo yo.
Maggie Smee
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