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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
7
Intriga. Thriller. Drama En su apartamento de urbanización prototipo de Los Angeles, Sam (Andrew Garfield) anda por la vida muerto de aburrimiento. Ningún aliciente hasta ese día en que descubre a una nueva vecina sexy, deslumbrante, inquietante, misteriosa y, de repente, desaparecida. Y aún hay mayores rarezas esperando a Sam, porque por el barrio anda suelto un asesino de perros...
29 de diciembre de 2018
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la proyección de “Lo que esconde Silver Lake” tuve una sensación inusual de embotamiento, tanto argumental como visual, pero en sentido positivo, de hecho aún sigo dándole vueltas. Hacía tiempo que no me ocurría algo así y, también, que no veía una reacción tan dispar entre los asistentes que me recordó al término de “El árbol de la vida” de Malick: mientras una pareja recriminaba el uno a la otra que tenían que haberse metido en otra película, otros algunos salían enojados y tres amigos comentaban tranquilamente la película y todas sus claves... había de todo. Y es que “Lo que esconde Silver Lake” no es apta para el “gran público” que consume sobre todo cine comercial. Para mi sorpresa, este tipo de cine no se suele estrenar en Navidad, aunque entrara en cartelera cual broma el día de los Santos Inocentes, que es cuando las salas proyectan cine familiar a destajo, en muchos casos, de la peor calaña. Al menos yo agradezco el riesgo y la iniciativa de salvar la cartelera navideña.


“Lo que esconde Silver Lake” ha sido para mí un buen film, no del todo rematado, qué pena, con momentos absolutamente arrebatadores, filmada con un lirismo del mejor De Palma, con cierto aire a lo Lynch pero como afectado por Paul Thomas Anderson, Tom Ford, Cronenberg o Jack Smight, rindiendo tributo a Hitchcock y haciendo guiños constantes al cine y a muchos de sus mitos: desde Janet Gaynor, pasando por Marilyn Monroe o James Dean, eso sazonado con el mundo del cómic, de las conspiraciones, de los mensajes secretos en el mundo del arte, la música y la literatura, yendo desde el más puro estilo negro a Pynchon, Auster, J. F Bardin, Westlake o historias que se entrelazan a lo Carver como dirigía el gran Altman. Muchas cosas, quizás demasiados ingredientes, pero creo que aunque haya subtramas o detalles que se le escapen, demasiado bien ha salido su denso guión, con una dirección en la que David Robert Mitchell, tras su “It Follows” rodada hace cuatro años, ha demostrado haber tenido una progresión como autor y como creador sorprendente. Admirable que haya encontrado producción para este inclasificable proyecto. En España hubiera sido impensable que se hubiera llevado a cabo, y encima con un reparto, en la mayoría, no muy conocido, pero que no es impedimento para que todos sus actores se desenvuelvan muy bien, incluso seguro que a más de uno y de una podría significar su descubrimiento, liderados por Andrew Garfield en uno de los papeles más difíciles que ha desempeñado.


Su “look” visual es notable, gracias a un estupendo trabajo de Mike Gioulakis a la fotografía, que inserta breves pero interesantes escenas de animación. En cuanto a la banda sonora, Rich Vreeland, aunque en su comienzo resulte algo grandilocuente luego va como anillo al dedo, con empaque y garra, en la que entrelazan casi un centenar de canciones. Su banda sonora, al menos en canciones, es abrumadora.


El resto, desde el montaje al sonido, hacen un gran esfuerzo por seguir la línea marcada por su “autor”. Ya en el spoiler comentaremos más, pero quiero dejar claro que rompo una lanza a favor de “Lo que esconde Silver Lake”, película tan extravagante como peculiar que me impide recomendarla a cualquiera, porque para mí es un tipo de cine de autor que desgraciadamente, el engancharse a él o el jugar a lo que te plantean no está al alcance de todos. Creo que esto es disculpable entre los espectadores, pero entre los críticos, se supone que “profesionales” o de renombre, es imperdonable que sus pocas entendederas, su sensibilidad de “chichinabo” y su discutible gusto caprichoso o formación de cuarta, les haya impedido ver más allá de sus narices al no defenderla, aunque sea parcialmente, y sigan cobrando un sueldo y disfrutando de un inmerecido estatus entre los espectadores más ingenuos. Por todo ello se trata de una de las buenas películas olvidadas del año, pero que sin duda pasará ser película de culto. Afortunadamente para ellos este es un país sin memoria y con el tiempo cambiarán de opinión, como ha pasado en más de una ocasión, pero para su desgracia para eso está la hemeroteca, para comprobar lo cicateros que fueron en su día.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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