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Voto de antonio lopez herraiz:
7
Comedia Amadeo es un mediocre empleado de banca que nunca alcanzará ese tranquilo nivel económico con el que todo el mundo sueña. Tampoco Fermín tiene muy seguro su futuro. Cobra el paro y hace chapuzas vendiendo libros y haciendo contratos de entierros pagados a plazos. Por distintas razones llegan a la conclusión de que el bingo puede llegar a ser la solución de sus males, y ambos personajes se conocen en la cola de entradas a un local del ... [+]
24 de octubre de 2022
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En 1979 hubo por lo menos tres tesoros dentro de la industria del cine español que cantaron al unísono línea y bingo... literal y también profesionalmente. Y lo de industria lo he dicho con propiedad en este caso, porque hablamos de una conjunción cómica que durante gran parte de la siguiente década le comerían la tostada en la taquilla nacional a Steven Spielberg, Richard Donner, James Cameron y los reyes del blockbuster que se les cruzasen (de hecho el peor obstáculo vino desde aquí dentro, a través de trampas legislativas urdidas por la inquina ¿competencia? de Pilar Miró empleando herramientas burocráticas).
A partir de un humor castizo y asociado a un cariz de picaresca paródica y tan reconociblemente ibérica, Mariano Ozores utiliza de partida el pretexto social de la precariedad -parado y sexador para todo, Esteso- y el del estancamiento personal de un empleado de banca -Pajares- para empujarlos a la ludopatía y, en un rasgo compartido (todavía) con don Francisco Ibáñez en el lenguaje del comic, aprovechar cualquier acontecimiento actual (la ley de legalización del juego) para encender una máquina de mofas autoconscientes que alimentan un filón de comicidad chusca infalible.
A todo esto, me cuesta entender que quien quiera que sienta devoción por Berlanga no sienta debilidad por ese episodio del velatorio transformado en una sesión de bingo improvisada.
Porros, sexo -bueno, entiéndase por sexo ver tetas e inocuos refocigueos tan divertidos como antieróticos-, gags multirraciales o sobre travestismo (o ambos a la vez, con una secuencia en la que Fernando Esteso se negó a besar a la estrella porno transexual Ajita Wilson), ver a Norma Duval intentando colar por fea (cuando no se quita el camisón) o el siempre imprescindible Antonio Ozores al que le toca desempeñar un registro menos reconocible que el que acostumbra... casi todo el rato.
'Los Bingueros' no es únicamente la película más taquillera del cine español en 1979. Supuso un punto de inflexión para su director, sus dos protagonistas y la productora de la familia Reyzábal: la icónica Ízaro Films.
Esto sí fue cantar ¡BINGO! Y eso que ni siquiera es la mejor colaboración entre Ozores, Pajares y Esteso de aquel mismo año.
antonio lopez herraiz
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