Lo primero que pensamos delante de una película de Schwarzenegger es que estamos ante una película de acción. El regreso a la pantalla de Arnold despues de ser gobernador de California ha sido, hasta el momento, fracaso tras fracaso. Ni su regreso como Terminator ha conseguido convencer a los fans. Así que, el icono del cine de acción de los 80's y 90's ha decidido pasarse al drama. Y su interpretación no es para tirar cohetes pero tampoco lo hace mal.

La historia que nos cuenta Aftermath son dos historias paralelas con un nexo de unión: una catástrofe aerea. Por un lado tenemos a Arnold, padre de familia que ha perdido a su mujer e hija en el accidente, y por otro, el principal culpable de la catástrofe, un trabajador de la compañia de aviones, interpretado por Scott McNairy (Quien ya vimos dentro de un avión en Non-Stop: Sin Escalas, junto a Liam Neeson) y a su mujer, Maggie Gracie (una de los supervivientes del vuelo 815 de la serie Lost). Ambos personajes masculinos se enfrentan a un conflicto mental tras el suceso. Por un lado, Arnold busca venganza y por el otro, Scott busca re-hacer su vida.

No estamos ante una película de venganza como The Punisher o Kill Bill. Arnold cambia sus puñetazos por lágrimas. De hecho, no vemos ni un sólo golpe en una mesa y, cómo he comentado, el reparto tiene una interpretación correcta.

Por lo que hace al guión, es una historia que perfectamente podría pasar como tv-movie de domingo por la tarde, si no fuera porqué tiene algo mas de presupuesto. No destaca una buena fotografia ni una buena banda sonora, ni nigun otro aspecto técnico. Lo único que te engancha en la película es ver a Arnold en un papel al que no estamos habituados, y eso puede gustar o no, pero tampoco engancha la historia. Realmente te dá igual como se soluciona esta historia de venganza aunque, si mas no, a mi no se me ha hecho aburrida en ningun momento.