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Voto de Ignacio Larrea:
6
Drama Martin Frost es un exitoso novelista americano que acaba de publicar su última obra. Martin decide descansar mentalmente en una pequeña casa de campo a las afuera de Nueva York. Al amanecer del primer día, descubre asombrado que una misteriosa y deslumbrante mujer yace en la cama a su lado. Fascinando por su belleza, Martin cae hechizado. Ha encontrado su musa que le ayude a escribir su obra perfecta? (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente idea de Paul Auster, que no consigue del todo su perfecta traslación a la pantalla.
El film no fue bien recibido por parte de la crítica del Festival Internacional de cine de Donostia 2007, pero a mi sí me gustó bastante y durante los primeros cincuenta minutos o así, me pareció simplemente maravillosa.
Creo que, durante ese metraje, Auster consigue narrar de forma bellísima, una emotiva y tierna historia de amor entre un escritor en busca de su obra y una bella y enigmática desconocida, que se le cuela en la casa de unos amigos que se le han prestado para alejarse del mundanal ruido y escribir tranquilo.
Con solo dos personajes, y gracias a unos sencillos y claros diálogos, amén de inteligentes silencios, el relato fluye con facilidad, impregnando al espectador de sensaciones purificadoras, donde el amor sin condiciones trata de vencer a los miedos y temores de secretos inconfesables.
Los dos personajes se nos hacen cercanos y simpáticos, muy agradables y entrañables, a pesar de que ella no se sabe bien quién es y para qué ha ido allí. Esta intriga, por así llamarla, resulta atractiva y el interés se mantiene.
Sin embargo, de repente, cuando los datos comienzan a esclarecer el misterio, la magia del film decae notablemente, a pesar de la aparición en escena de un tercer personaje, un experto en fontanería e instalaciones caseras, muy divertido y con mucha sorna. Gracias a este singular personaje nos reímos ante sus estrambóticas ideas literarias, pero también asistimos a una caída de ritmo e intensidad dramática, que se magnifica con la aparición del cuarto personaje, interpretado por la propia hija de Auster, Sophie. Una bella joven, con una voz preciosa, pero que francamente no aporta nada a la historia, dando la impresión de ser un bello objeto decorativo para solaz de su padre. Así, de paso, la da a conocer.
Con todo, creo que es una película estimable, aunque ciertamente va de más a menos. Pero el cómputo final general considero que es positivo.
Ignacio Larrea
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