Una vez más Charlie Brooker nos ha vuelto a sorprender con su magnífica y terrorífica, porque no decirlo, particular visión de la realidad.
Este capítulo en concreto, consigue mantenerte de principio a fin con una tensión mayor que cuando te dicen que tienes cita con el dentista.
Se nos muestra una exagerada y surrealista, a mi parecer, visión del refrán "ojo por ojo" y que pasa cuando cada uno aplica su propia visión de la justicia.
Empieza por sumirnos en la incertidumbre general, pero a medida que avanza, este capítulo de argumento enrevesado se resuelve solo de la manera más surrealista.
Sinceramente me ha dejado sin palabras, se ha vuelto a superar, uno de los mejores capítulos de la serie hasta la fecha.