Triángulo es un thriller australiano sobre paradojas temporales, que relata el paseo en yate de Jess y sus amigos. Esta película reflexiona sobre la no linealidad del tiempo, a través del tópico de la tormenta en medio del mar, que perturba la realidad y a los navegantes. Triángulo, como título, no solo refiere al mítico espacio conocido como el Triángulo de las Bermudas, donde desaparecen las embarcaciones, también es una figura que metaforiza la no linealidad, la consecución de sucesos mezclados. El triángulo gira.

El mar, quieto, inconmensurable se extiende al rededor de los personajes, los dibuja diminutos. Este thriller es atmosférico, iluminado y oscuro. En él, el grupo de amigos sufre un accidente, causado por una tormenta onírica. El clima forma firmes olas inestables, que hacen naufragar al grupo.

A la deriva, en medio de la nada, al borde de la desesperación, ven como se acerca a ellos un barco. Lo abordan sin percatarse de que, dentro de los pasillos de este lugar, se enreda un laberinto, se proyectan las imágenes de la repetición. La embarcación, como una ilusión, los salva y los pierde. Como un lugar de fantasmas, los ve morir muchas veces. Es un escenario sin soluciones. La única persona que encuentran está enmascarada y se dedica a asesinar. La salida no se encuentra, se pierde entre la angustia.

El futuro está en el pasado. El triángulo es un círculo. Sus lados, las murallas del barco, son las murallas del espacio temporal. Las soluciones son ilusiones, que cuentan la transformación de una personaje, Jess, cuando observa que mueren una y otra vez los seres de su entorno.