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Voto de Donald Rumsfeld:
3
7,3
39.995
Ciencia ficción. Fantástico. Acción
Después de los eventos devastadores de 'Avengers: Infinity War', el universo está en ruinas debido a las acciones de Thanos, el Titán Loco. Con la ayuda de los aliados que quedaron, los Vengadores deberán reunirse una vez más para intentar deshacer sus acciones y restaurar el orden en el universo de una vez por todas, sin importar cuáles son las consecuencias... Cuarta y última entrega de la saga "Vengadores". (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2019
36 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
De esta película se podrían hacer varias críticas con enfoques completamente diferentes (interpretación, historia, guión o puesta en escena) pero igualmente negativas. Lamento deciros que esta no será ninguna de ellas, ni tampoco la mejor, la más directa, clara o breve.
A la salida del cine pude escuchar a un grupo de 11 personas comentar sus impresiones respecto a la película. Tenían en torno a 35 años, casi todos con estudios superiores y uno de ellos con una camiseta con el logo de la Marvel. Hablaron de la película (les gustó mucho), de videojuegos, de series, de deportes y de sus vidas personales. En más de dos hora, a un día de las elecciones generales, nadie dijo una sola palabra de política. Tampoco se habló de literatura. Ni de ciencia, arte, historia o economía. Si este es el nivel, ¿de verdad nos debería sorprender el beneplácito y la ovación del público y la “crítica” con este tipo de películas?
Hemos cambiado a Tolstoi por Stan Lee, a Billy Wilder por los Russo, a Bach por Afrojack y al Quijote por Super Mario.
¿La “crítica”?
Creer que todas las opiniones son respetables solo evidencia estupidez. Una opinión es tan respetable como lo sean los argumentos, pruebas y evidencias en torno a las que se construye. Y una crítica, que es un tipo de opinión, solo puede existir como tal cuando el receptor articula las ideas y formas que utiliza un arte (o cualquier otro tipo de información) para construir una interpretación de la obra. Afirmar que una película nos ha emocionado no es más que una opinión que solo dice algo respecto a nosotros mismos. Afirmar que algo es bueno porque nos ha emocionado solo es un énfasis narcisista mediante el que pretendemos convencer a los demás de lo hermoso y sensible que es nuestro ombligo. Ninguna opinión que se base en ese tipo de argumentos debería merecer el más mínimo respeto. Y menos aún cuando se trata de supuestas “críticas”.
¿Y la crítica?
Todo arte o conocimiento se inicia con un misterio. Pues no es el saber lo que impulsa la curiosidad, es la ignorancia: la conciencia de nuestra ignorancia. Y sin embargo Endgame no puede tener misterio alguno ya que de antemano está constreñida a dar a su público lo que éste espera de ella. Es una obra meticulosamente diseñada para satisfacer, no para sorprender. Sus creadores no pensaron en hacer algo original en ningún nivel de la película, sino en cómo podrían representar justo aquello que los fans esperaban. Su objetivo no es formular ninguna idea, plasmar ningún tipo de visón personal o sugerir algún tipo de reflexión.
No es sacar al espectador de sí mismo y llevarlo a un punto donde nunca hubiera estado, a unas coordenadas desconocidas (lo cual puede ser bastante incómodo); al contrario: lo importante es colmar sus fantasías, materializar sus deseos y expectativas de la manera más gratificante y hedonista posible. Y esto, por cierto, es otro signo de narcisismo.
Anal.
Endgame aspira a ser la materialización cinematográfica del cuanto más mejor. Más larga, más dramática, más espectacular y mucho más cara. Y sin embargo fracasa en todo cuanto se propone.
En ocasiones de manera estrepitosa. Por poner un ejemplo, en el nivel narrativo (y visual…) Los Vengadores se limita a parafrasear el esquema dramático de la trilogía del Anillo. Pero olvida que allí los espectadores fueron testigos de cómo los personajes establecían unos vínculos y relaciones entre sí, lazos que daban una carga dramática a los acontecimientos de la película (comparen, por ejemplo, el significado de los epílogos). Sin embargo, dado que aquí no hay una auténtica Comunidad (en realidad son una suma de individuos cuyos intereses simplemente convergen en un momento dado; y de hecho el propio líder de Los Vengadores está caracterizado como alguien extremadamente individualista… y narcisista) pero los acontecimientos se intentan revestir del mismo impacto emocional, hay un déficit entre los vínculos de los personajes y sus reacciones frente a los acontecimientos, déficit que lo recubre todo con una espesa patina de melodrama.
A fin de cuentas, es muy difícil dotar de verdadera carga dramática a una película de superhéroes con problemas de superhéroes. Y aunque sea cierto que El Caballero Oscuro logró crear una dimensión humana (psicológica) para los conflictos de Batman, no se puede decir lo mismo de un Tony Stark que nunca ha aspirado a ser más que una réplica ingeniosa.
A la salida del cine pude escuchar a un grupo de 11 personas comentar sus impresiones respecto a la película. Tenían en torno a 35 años, casi todos con estudios superiores y uno de ellos con una camiseta con el logo de la Marvel. Hablaron de la película (les gustó mucho), de videojuegos, de series, de deportes y de sus vidas personales. En más de dos hora, a un día de las elecciones generales, nadie dijo una sola palabra de política. Tampoco se habló de literatura. Ni de ciencia, arte, historia o economía. Si este es el nivel, ¿de verdad nos debería sorprender el beneplácito y la ovación del público y la “crítica” con este tipo de películas?
Hemos cambiado a Tolstoi por Stan Lee, a Billy Wilder por los Russo, a Bach por Afrojack y al Quijote por Super Mario.
¿La “crítica”?
Creer que todas las opiniones son respetables solo evidencia estupidez. Una opinión es tan respetable como lo sean los argumentos, pruebas y evidencias en torno a las que se construye. Y una crítica, que es un tipo de opinión, solo puede existir como tal cuando el receptor articula las ideas y formas que utiliza un arte (o cualquier otro tipo de información) para construir una interpretación de la obra. Afirmar que una película nos ha emocionado no es más que una opinión que solo dice algo respecto a nosotros mismos. Afirmar que algo es bueno porque nos ha emocionado solo es un énfasis narcisista mediante el que pretendemos convencer a los demás de lo hermoso y sensible que es nuestro ombligo. Ninguna opinión que se base en ese tipo de argumentos debería merecer el más mínimo respeto. Y menos aún cuando se trata de supuestas “críticas”.
¿Y la crítica?
Todo arte o conocimiento se inicia con un misterio. Pues no es el saber lo que impulsa la curiosidad, es la ignorancia: la conciencia de nuestra ignorancia. Y sin embargo Endgame no puede tener misterio alguno ya que de antemano está constreñida a dar a su público lo que éste espera de ella. Es una obra meticulosamente diseñada para satisfacer, no para sorprender. Sus creadores no pensaron en hacer algo original en ningún nivel de la película, sino en cómo podrían representar justo aquello que los fans esperaban. Su objetivo no es formular ninguna idea, plasmar ningún tipo de visón personal o sugerir algún tipo de reflexión.
No es sacar al espectador de sí mismo y llevarlo a un punto donde nunca hubiera estado, a unas coordenadas desconocidas (lo cual puede ser bastante incómodo); al contrario: lo importante es colmar sus fantasías, materializar sus deseos y expectativas de la manera más gratificante y hedonista posible. Y esto, por cierto, es otro signo de narcisismo.
Anal.
Endgame aspira a ser la materialización cinematográfica del cuanto más mejor. Más larga, más dramática, más espectacular y mucho más cara. Y sin embargo fracasa en todo cuanto se propone.
En ocasiones de manera estrepitosa. Por poner un ejemplo, en el nivel narrativo (y visual…) Los Vengadores se limita a parafrasear el esquema dramático de la trilogía del Anillo. Pero olvida que allí los espectadores fueron testigos de cómo los personajes establecían unos vínculos y relaciones entre sí, lazos que daban una carga dramática a los acontecimientos de la película (comparen, por ejemplo, el significado de los epílogos). Sin embargo, dado que aquí no hay una auténtica Comunidad (en realidad son una suma de individuos cuyos intereses simplemente convergen en un momento dado; y de hecho el propio líder de Los Vengadores está caracterizado como alguien extremadamente individualista… y narcisista) pero los acontecimientos se intentan revestir del mismo impacto emocional, hay un déficit entre los vínculos de los personajes y sus reacciones frente a los acontecimientos, déficit que lo recubre todo con una espesa patina de melodrama.
A fin de cuentas, es muy difícil dotar de verdadera carga dramática a una película de superhéroes con problemas de superhéroes. Y aunque sea cierto que El Caballero Oscuro logró crear una dimensión humana (psicológica) para los conflictos de Batman, no se puede decir lo mismo de un Tony Stark que nunca ha aspirado a ser más que una réplica ingeniosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por supuesto, esto es pop. No se le exige que sea profunda ni original ni elaborada ni compleja ni que nos haga pensar respecto a nada en concreto. Estos parámetros no forman a priori parte de la ecuación. Se busca el entretenimiento trivial, ligero, liviano, perfectamente superficial: las escenas de acción infartantes, los giros inesperados, los escenarios apabullantes, las réplicas ingeniosas… Pero también aquí fracasa. Resultando a ratos bastante rutinaria y previsible. Porque en líneas general se puede decir que todos sabemos el final y nadie se equivoca. Y lo que queda es un mero trámite hacía una eyaculación colectiva especialmente rápida e indolora.
La coherencia, ¿os acordáis de la coherencia?, ¿de aquellos tiempos en que la norma era que los personajes mantuvieran una coherencia en su desarrollo a lo largo de la obra?, ¿en que los guiones seguían una cierta lógica?, ¿en cada escena tenía un significado dentro del conjunto?, ¿en que no todas las situaciones se resolvían con un deux ex machina en toda la cara y un ad hoc justo en la entrepierna? Si no os es así, no os asustéis. Es justo lo que se espera.
Endgame apuesta por el espectáculo y, simultáneamente, por el drama con toques de comedia. Pero la comedia es demasiado infantil y, en realidad, es una y otra vez la misma broma. Así que no sólo no funciona sino que incluso puede llegar a cansar. Por su parte, el drama es tan profundo como lo puede ser ver a unos adolescentes (al menos mentalmente) salvando “el mundo” por 22º vez de alguna amenaza completamente absurda. Y en el terreno del espectáculo hay películas que con menos presupuesto se la comen. John Wick. Cualquiera de las dos. Por no hablar de Avatar, Fury Road o la trilogía del anillo. Todas ellas mejor montadas, más imaginativas y con unas escenas de acción a años luz de las de Endgame.
Ya lo deberíais saber. La clave de Todo es lo que no está ni es. A los Vengadores les preocupan mucho las amenazas del espacio exterior. El cambio climático, la escasez de recursos o el imperialismo, nada en absoluto (es más, hicieron una película en que explícitamente se justificaba: Civil War). Y Endgame es puro escapismo. Pero ¿quién necesita “escapar de la realidad” de manera recurrente? Solo aquellos a los cuales ésta les agobia; irónicamente esta película solo se muestra lógica en tanto espectáculo que promueve la alienación en su forma moderna de fantasía tecnológica. Los propios Vengadores son pura reacción: ellos nunca lucha por hacer que algo sea mejor; luchan para mantener las cosas como están. Su objetivo final no es “salvar el mundo”, es que nada cambie. Proteger a toda costa el statu quo. Desde esta perspectiva, la película se revela como un erótico y placentero fist-fucking al espectador: con la Tecnología necesaria basta con chascar los dedos sobre la herramienta apropiada para que todo siga igual, para solucionar cualquier problema. ¿Alguien dijo iPhone?
Los gobiernos no existen o son irrelevantes; Endgame escenifica una versión privatizada y desregulada del apocalipsis, cuyo albur es gestionado por una serie de individuos agrupados en torno a dos empresas privadas, una de alta tecnología y otra de seguridad, ambas con un claro enfoque militar. Las armas les encantan. Es lo que les define. Y el lujo, por supuesto. La familia últimamente parece preocuparles mucho. Aunque en realidad no haya nada mejor que una buena pelea. Entonces, ¿de verdad os sorprende tanto lo de Trump? Vale, sí, ahora hay más negros y mujeres (como en sus mítines), pero es que ellos también son parte del mercado, el cual, no muy generosamente, también les suministra su pequeña ración de SOMA. Y todos felices. Por un rato.
La coherencia, ¿os acordáis de la coherencia?, ¿de aquellos tiempos en que la norma era que los personajes mantuvieran una coherencia en su desarrollo a lo largo de la obra?, ¿en que los guiones seguían una cierta lógica?, ¿en cada escena tenía un significado dentro del conjunto?, ¿en que no todas las situaciones se resolvían con un deux ex machina en toda la cara y un ad hoc justo en la entrepierna? Si no os es así, no os asustéis. Es justo lo que se espera.
Endgame apuesta por el espectáculo y, simultáneamente, por el drama con toques de comedia. Pero la comedia es demasiado infantil y, en realidad, es una y otra vez la misma broma. Así que no sólo no funciona sino que incluso puede llegar a cansar. Por su parte, el drama es tan profundo como lo puede ser ver a unos adolescentes (al menos mentalmente) salvando “el mundo” por 22º vez de alguna amenaza completamente absurda. Y en el terreno del espectáculo hay películas que con menos presupuesto se la comen. John Wick. Cualquiera de las dos. Por no hablar de Avatar, Fury Road o la trilogía del anillo. Todas ellas mejor montadas, más imaginativas y con unas escenas de acción a años luz de las de Endgame.
Ya lo deberíais saber. La clave de Todo es lo que no está ni es. A los Vengadores les preocupan mucho las amenazas del espacio exterior. El cambio climático, la escasez de recursos o el imperialismo, nada en absoluto (es más, hicieron una película en que explícitamente se justificaba: Civil War). Y Endgame es puro escapismo. Pero ¿quién necesita “escapar de la realidad” de manera recurrente? Solo aquellos a los cuales ésta les agobia; irónicamente esta película solo se muestra lógica en tanto espectáculo que promueve la alienación en su forma moderna de fantasía tecnológica. Los propios Vengadores son pura reacción: ellos nunca lucha por hacer que algo sea mejor; luchan para mantener las cosas como están. Su objetivo final no es “salvar el mundo”, es que nada cambie. Proteger a toda costa el statu quo. Desde esta perspectiva, la película se revela como un erótico y placentero fist-fucking al espectador: con la Tecnología necesaria basta con chascar los dedos sobre la herramienta apropiada para que todo siga igual, para solucionar cualquier problema. ¿Alguien dijo iPhone?
Los gobiernos no existen o son irrelevantes; Endgame escenifica una versión privatizada y desregulada del apocalipsis, cuyo albur es gestionado por una serie de individuos agrupados en torno a dos empresas privadas, una de alta tecnología y otra de seguridad, ambas con un claro enfoque militar. Las armas les encantan. Es lo que les define. Y el lujo, por supuesto. La familia últimamente parece preocuparles mucho. Aunque en realidad no haya nada mejor que una buena pelea. Entonces, ¿de verdad os sorprende tanto lo de Trump? Vale, sí, ahora hay más negros y mujeres (como en sus mítines), pero es que ellos también son parte del mercado, el cual, no muy generosamente, también les suministra su pequeña ración de SOMA. Y todos felices. Por un rato.