Haz click aquí para copiar la URL
España España · Palma de Mallorca
Voto de Robert Denigro:
8
Drama Pese a no ser capaz de recuperarse de un drama personal, Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, acepta montar la obra "Tío Vania" en un festival de Hiroshima. Allí, conoce a Misaki, una joven reservada que le han asignado como chófer. A medida que pasan los trayectos, la sinceridad creciente de sus conversaciones les obliga a enfrentarse a su pasado. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2022
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La culpa de que el título de esta crítica parezca una canción de Rocío Jurado la tiene "Drive my car". Por un instante he sido poeta de la tristeza. Salgo del cine arrasado por la melancolía y resonando en mi mente aquel aforismo de William James que describe a la humanidad como islas separadas por océanos.

"Drive my car" es una película con poco lugar para la esperanza. Hamaguchi no pone las cosas fáciles al espectador empezando por su metraje excesivo. Un tono intelectual riguroso hace difícil acceder a una película cargada de referencias literarias. El escritor Anton Chejov como sombra amarga bajo los pies del protagonista, un prestigioso dramaturgo invitado a Hiroshima para trabajar en el estreno de la obra "Tio Vania". La propia historia de "Tio Vania", en la que los protagonistas trabajan a diario, tiene su reflejo fuera del escenario. Realidad y ficción se alimentan mutuamente. Otra sombra literaria que da forma a la pelicula es la de Haruki Murakami con sus habituales narraciones dentro de narraciones. En definitiva, una película densamente literaria.

Todos los personajes cargan con un drama personal. Hamaguchi, al estilo de Won Kar-Wai, convierte el tiempo en un ritual. Una liturgia de ritmos y cadencias que intentan dar sentido a unas vidas devastadas. El protagonista practica cada día los diálogos de "Tio Vania" que conoce de memoria. Lo hace en sus trayectos matinales al teatro, dentro de su coche que conduce una chofer por orden de la directiva teatral. En el salpicadero una cinta de cassette también recita el guión de la obra a modo de tutorial. Repetición sobre repetición. El coche del dramaturgo, un viejo Saab rojo, más que un vehículo es un espacio de recogimiento. El templo hermético del hombre moderno. Tradición, repetición y ritual como terapia contra un mundo en continuo cambio.

La tristeza de "Drive my car" se expande con silencio radiactivo. No es casual que sea Hiroshima la ciudad donde confluya el drama. El lugar más trágico del mundo para unos personajes que explotan por dentro como bombas atómicas. Hoy Hiroshima es una ciudad moderna y alegre, pero que no olvida. Tradición y ritual contra el dolor. Hamaguchi parece insinuar que hay esperanza, siempre que nos aferremos a las cosas queridas. A un viejo Saab rojo. A la voz del ser amado grabada en una cinta de cassette. Tradición y ritual para poder recordar y que ese vivir recordando sea paradojicamente una despedida. La más bella posible.
Robert Denigro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow