Un film que se ganó un hueco en nuestros corazones por juntar a los dibujos animados de las 2 casas más populares, Walt Disney y Warner Bros. De modo que el mero hecho de ver a estas caricaturas en la misma película es un caramelito lo suficientemente dulce como para llamar tu atención y atraerte hasta este mítico espectáculo. La cinta nos presenta una historia detectivesca a la vieja usanza. Dicha historia transcurre en el Hollywood de los años 40, donde se produce un crimen en forma de asesinato, algo que pone bajo sospecha a la estrella, Roger Rabbit, pero este le pide ayuda a un detective llamado Eddie para que ambos encuentren al verdadero culpable. No es necesario resaltar que se trata de una producción entretenida, pues tanto la trama como los propios personajes hacen que el entretenimiento no desaparezca en ningún momento. Es cierto que Roger Rabbit resulta bastante insufrible en muchas ocasiones, pero no menos cierto es que este alocado conejo termina ganándose el cariño del espectador. Llevaba mucho, pero muchísimo tiempo sin visionar este mítico crossover. De hecho, apenas recordaba un par de escenas, ya que era muy muy pequeño. Hay momentos sumamente memorables que sacan una enorme sonrisa a aquel/aquella que lo esté viendo.