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España España · Málaga
Voto de Nuño:
9
7,7
49.320
Animación. Fantástico. Infantil En los años 50, una familia japonesa se traslada al campo. Las dos hijas, Satsuki y Mei, entablan amistad con Totoro, un espíritu del bosque. El padre es un profesor universitario que estimula la imaginación de sus hijas relatándoles fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2014
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras discurren los títulos de crédito iniciales, y mientras suena la jovial canción 'Hey, let's go' (en japonés o inglés, dependiendo de la versión), Miyazaki ofrece una síntesis, simbólica, del alma de su Cine. Unos personajes de apariencia benigna (una niña, un gusanito verde...) cruzan la pantalla despreocupados. Debajo, encerrados en unas jaulas, hay unos seres dibujados en tono oscuro (un murciélago, un lagarto, un escarabajo...). Estos quedan liberados en ciertos momentos, pero, el personaje que cruza la pantalla, jamás coincide con ninguno; cuando parece que van a cruzarse, éstos vuelven a estar 'presos'. Es decir, nuestros héroes no se toparán con oscuridad alguna; están exentos de tener que bregar con asomo alguno de malicia.

Parecerá anecdótico, pero, al menos a mí, me hace entender la esencia del Cine de Miyazaki: ilusión ilimitada, control total del dolor. Miyazaki hace de la bondad mundo, y riega a sus personajes de emociones positivas; les regala el descubrimiento perenne, el viaje iniciático ilusorio.

Probablemente, es el director que más difícil me lo ha puesto nunca. Me exige una prueba de entereza y aplomo que ningún otro animador o cineasta me había exigido nunca. No se trata de requisito cultural, ni intelectual y la barrera tampoco es de complejidad estética. Miyazaki exige algo más universal, pero, a la vez, más delicado. Exige una inocencia y una benignidad en la mirada dificilísima de reconocer en uno mismo; acaso se ha ido perdiendo con el crecer, por estos tiempos.

'Mi vecino Totoro' es una película de desbordante imaginación, de gran expresividad visual, de misterio infantil, de humanismo latente... pero, ante todo, es un clamoroso abrazo a la ingenuidad, a los sentimientos que uno experimentaba de crío; que puede recuperar, al menos evocar, gracias al japonés y su optimismo.

Gracias.
Nuño
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