Una pena que, de una película brillante como lo es Ice Age, se saquen de la manga una segunda parte tan floja y absurda. La historia del mamut es soporífera, la del dios del fuego ya la hemos visto mil veces, y el personaje del dientes de sable es aquí un blandengue que nada tiene en común con el Diego de la película original. La faceta técnica sí es superior a su antecesora, pero aquí acaban los parabienes.
Y sobre la ardilla (lo mejor, y de calle, de la cinta), resulta demasiado evidente que se han incrustado en la trama sus gags para hinchar un metraje que, tan sólo con la historia principal, hubiese sido de una brevedad y un tedio insoportables.
No se la recomiendo a quien le gustase la original, porque se sentirá muy decepcionado, ni a quien no la viese, porque no entenderá de donde provienen muchas situaciones.