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Voto de Caligari sin gabinete:
10
Terror Sentado en un banco de un parque, Francis anima a su compañero Alan para que vayan a Holstenwall, una ciudad del norte de Alemania, a ver el espectáculo ambulante del doctor Caligari. Un empleado municipal que le niega al doctor el permiso para actuar, aparece asesinado al día siguiente. Francis y Alan acuden a ver al doctor Caligari y a Cesare, su ayudante sonámbulo, que le anuncia a Alan su porvenir: vivirá hasta el amanecer. (FILMAFFINITY) [+]
18 de agosto de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pesadilla onírica, la oscuridad de la locura. Me fascinó desde la primera vez que la vi. Y es que esta película engaña al espectador desde el comienzo. En el prólogo, Francis (nosotros) y un anciano sentados en un banco. El anciano habla: ‘Los fantasmas existen, están a nuestro alrededor. Me apartaron de mi hogar, de mi mujer y mi hijo.’ Una mujer aparece en la escena, pasea absolutamente abstraída. -‘Es mi prometida’ – dice Francis - ‘lo que yo he vivido con ella es más extraño que lo que usted ha vivido. Se lo explicaré.’ De esta forma nos cuenta su propia historia en un largo flash-back que forma el grueso de la película.

Surgida en pleno caos tras la derrota de la Gran Guerra, 'El gabinete...' surgió del trabajo conjunto de varios artistas que vivieron el horror. Se ha hablado mucho de este film como de una parábola política, un reflejo de la Alemania de aquellos años, sin ruta segura, llena de charlatanes gritando en las plazas públicas, cuando las masas buscaban a un líder fuerte que les encarrilara. Ese líder es Caligari, él es el charlatán, y Cesare sería el pueblo alemán, el sonámbulo que vive en su noche perpetua. Pero el film va más allá de la particular situación alemana y se nos suscita un terror aún más profundo, un ataque a la civilización y a su orgullosa racionalidad.

'El doble' es un tema recurrente en estas películas, es en el fondo una idea pesimista y una preocupación: no podemos fiarnos de ninguno, ni del charlatán de feria ni del represor institucional: ambos son el mismo. El poder de la imagen que mueve los hilos. No hay salida. Una entidad incomprensible nos está manejando, somos víctimas de ella, ¿quién maneja las cuerdas?

La película se rodó enteramente en interiores, con decorados creados por artistas de distintas corrientes. Estos escenarios no tienen desperdicio y se han vertido ríos de tinta sólo en comentarlos. Cada plano de la cinta tiene algún detalle escenográfico y ninguno es simplemente decorativo; desde ventanales triangulares que se ciernen sobre algún personaje como afilados cuchillos hasta calles estrechas rodeadas de espino que nos recuerdan a una trinchera de guerra. Todo está cargado de significado. Luego vemos el contraste con las líneas rectas y la apariencia más normal del manicomio: cuando entramos en él nos sentimos perdidos por ello mismo, aniquilada nuestra subjetividad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caligari sin gabinete
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