De todo lo que he visto de este gran director son unas pocas las películas que me han llegado. Gran Torino me ha resultado memorable, quizás con la que me quedaría si tuviese que elegir sólo una. Y las más -dicha sea la verdad- pasarán al olvido. De La Mula lo único que queda tras su visionado es esa sensación que nos deja el viejo Clint con su imponente presencia, ¿quién podría negarlo? Pero no hay nada más, y, a la par de la impresión que señalamos, muy positiva, tendremos la negativa, que no es otra cosa que habernos quedado con ganas de cine -del gran cine, digo. La Mula es 90% material de relleno, porque desarrolla con morosidad e innecesaria dilatación una historia que se podría contar en dos palabras. Y tiene errores que nos descolocan tratándose de semejante director. El drama familiar, por ejemplo, se muestra machaconamente, con escenas de conventillo innecesarias e inverosímiles a esa altura de los acontecimientos, con reiteraciones tediosas, como si se le estuviera explicando algo a un público bobo con didactismo desmesurado. Aborrezco este recurso de mal cine que he visto en no pocos films. Por su parte, el lado policial no aporta absolutamente nada, diría que es 100% relleno. Y así las cosas, realmente me terminé aburriendo muy pronto viendo continuamente camionetas que van y vienen, discusiones familiares recurrentes y todo lo demás. Una completa decepción de película, ¿qué le vamos a hacer?

Pero, como dijo alguien en una de las críticas, a Eastwood se le perdona todo.