Hay algo en "Tape" que la califica como no apta para todos los públicos. No es sexo explícito ni palabras que puedan herir la sensibilidad del espectador. No. Más bien es su carácter semi-experimental.
Linklater, uno de los gurús del cine independiente americano (a pesar de ser europeo), filma una rareza inclasificable, a medio camino entre el drama y el suspense.
Basada en una obra de teatro (cuyo autor firma el guión), nos vemos encerrados en una habitación de Motel con tres personajes. En este escenario transcurren los 80 minutos de metraje, siendo Linklater el único testigo de lo que allí acontece.
Amor, rencor, amistad, demonios internos, traición... y una grabación en una cinta de casette.
"Tape" es una película de actores, de diálogos interminables, de matices, de gestos sutiles y miradas fugaces.
Como digo, no apta para todos los públicos.
MI PUNTUACIÓN: 6,8
A DESTACAR: La interpretación de Ethan Hawke.