Exponente curro del director, guionista y compositor John Carpenter, que como enuncio, esta es una de sus películas cúspide de su fílmica carrera que a todo trapo conseguía filmar con unos pocos dólares, convirtiendo algo llano en una obra maestra y así mismo en cinta de culto. El concepto de Están Vivos (1988) es cautivador pero a la par salta del drama de personas sin techo a la comicidad de unas antiparras con el atributo clave de poder ver el complot que hay montado, que proviene de un relato corto llamado Eight O'Clock in the Morning (1963) de Ray Nelson. Es una película satírica donde las haya, que agudamente critica hasta lo más burlesco de la sociedad e incluso a los dirigentes de las altas esferas en conjunto. Muchas películas han dado rechazo a la ideología del capitalismo, entre ellas se encuentran El Club de la Lucha de Fincher o la vanguardista película rusa de 1925 de Eisenstein, El Acorazado Potemkin, quizás el filme más popular e ilustrativo de esta corriente, sin embargo el film de Carpenter es el más entretenido de ver sin desestimar a las citadas arriba. Tratándose de una película ochentera que se codea con diversos géneros en pos de abrirnos los ojos, sigue siendo hoy en día un contundente manifiesto muy patente en su apariencia, un genio y figura del momento y de nuestro tiempo. La revisión de esta cinta de nuestro dilecto Carpenter, nos mete en todo lo que su metraje permite, en un elemental thriller de trasfondo sobre la sociedad humana y en el implícito mundo de lo que el sujeto no tiene conciencia en un filme que no debería pasar desapercibido para nadie.