Si a uno le gusta "Iron Man", "Iron Man 2" le gustará. Es así de sencillo.

Pero no por ello se librará de una ligera decepción, pues ha habido segundas partes del género de superhéroes que han superado a su precursoras y de ésta no cabía esperar menos. "Spider-Man 2", "X2" y la soberbia "El Caballero Oscuro" son ejemplos de ello, pero "Iron Man 2".
Y eso tiene delito porque los ingredientes son estupendos.
Mickey Rourke interpreta estupendamente a un villano bastante más carismático (y con una acertadísima relación con el héroe) que muchos otros de Marvel, y Sam Rockwell (un poco payasil) interpreta a su simpática contraparte. Además se nos presenta también al ambivalente War Machine (Don Cheadle) y a la sexy pero letal Viuda Negra (Scarlett Johanson), todos ellos prestos a darle una novedosa complejidad a las aventuras del Hombre de Hierro.

Pero la cosa no ha salido del todo bien.
En realidad da la sensación de que a ratos los chicos de Paramount se han limitad a más de lo mismo, a ratos se han dedicado al exceso (quizá lo más agradecido del filme) y a ratos de han dedicado a colar locuras que no acaban de encajar del todo bien unas con otras y da lugar a irregularidades.

Tantos personajes han terminado sobrecargando el argumento, dando lugar a que algunos no evolucionen mucho (como el caso del de Gwyneth Paltrow), otros apenas hagan nada (como el de Johansson), otros no se aprovechen tanto como deberían y podrían (los dos villanos en cuestión) y, en general, que no estén a la altura de las dos grandes estrellas de la película: Iron Man (Robert Downey Jr, siempre estupendo) y Máquina de Guerra (Don Cheadle), que compartirán el recuerdo que quede en los espectadores.

La historia, a mi juicio, no es mala. Reducida a sinopsis, ofrece una estupenda evolución respecto a la anterior y es un buen relato de superhéroes. Quizá el problemilla esté en el guión, que son muchas páginas.
En cualquier caso, la cosa no sabe a poco. Sabe simplemente a algunas irregularidades y torpezas por aquí y por allá.

Y eso sí: los efectos son jodidamente espectaculares, el clímax es sobrecogedor. Nunca me imaginé sintiendo la sala del cine vibrar cuando Iron Man activaba sus cohetes. Esa lucha final es espectacular, magnífica, aunque una vez más, el "clímax dentro del clímax" se quedó corto.

Entretenida, espectacular, divertida y palomitera.