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España España · Santiago de Compostela
Voto de mkchan:
10
Ciencia ficción. Drama. Intriga En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2011
36 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
La imagen de Tarkovsky y su compromiso con su ética artística no se trata en ningún caso de taxonomía ni mucho menos un simple ejercicio de estilo a la espera de una interpretación. El Cine tiene sus propias posibilidades inherentes que no son menores que las de otras artes con más tradición. Presentar de forma elaborada, clara y sin ambages ese valor positivo superior del que vive el hombre y su alma, y asimismo lo inalcanzable de la verdad última, la conciencia atormentada en cuanto su comportamiento es contrario a sus valores morales. Lleno de una bruma magnética, es algo que podemos experimentar cuando vemos sus películas. En Stalker reside una abundante y minuciosa exaltación de lo metafórico. Obra de amplio eco, cuya estructura tiene un poder de resonancia difícilmente imaginable.

El Hombre, es como un ser en tránsito y como tal se observa; el viaje en el cual se realiza el camino es casi siempre una experiencia de contemplación, que independientemente del ritmo tiene lugar en un tiempo expectante, ávido por captar de forma más lúcida la realidad, el entendimiento del alma. Una incesante lucha por superar la falta de esperanza y fe. Su finalidad, inexistente.

El Tiempo, fijado con precisión, que como expresión de un mundo imprevisible y ajeno a la voluntad, ejerce una presión devastadora sobre nuestros propósitos y nuestras ilusiones, se convierte de forma inesperada en el aliado del fondo. Con el tiempo, el mundo es otro y el alma acusa la impronta de toda esa desviación; en el diálogo que ambos mantienen y en su problemática relación nos es dado observar la naturaleza mudable, fluida y en constante transformación de ese camino trazado en la superficie, mudable, metamórfico.

La ciencia-ficción no es sino un punto de partida táctico, útil para ayudarnos a destacar aún más gráficamente el conflicto moral y humano, algo que ya ocurría, en menor medida, en Solaris. El elemento visual está lleno de posibilidades de derivación. Haciendo uso de una rica textura maestra que, encarnada en la luz, transmuta en claridad y sombras, confusión o nitidez: la escena misma y todo cuanto en ella perciben nuestros ojos alumbra distintamente un espesor, un vacio, una trama incidental o un relieve con identidad. Urdida en el tapiz de un exterior mudable y a menudo hostil, que es necesario atravesar para llevar al término la empresa, terminará en la Habitación, que constituye el eslabón de referencia orgánico en virtud del cual se adecúa la jornada de camino. El universo fílmico es retratado como un lugar inmensamente sórdido, sucio y decrépito; despoblado, sin encanto aparente, en el que deambulan seres solitarios y apáticos. El agua y el barro, el edificio y la ruina, artefacto y óxido... una inevitable eufonía entre objeto y cromatismo. Se filtra también sofocante e invisible peligro, una mágica presencia que nos acecha. Lo prohibido guarda una relación de sinonimia con lo misterioso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mkchan
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