Debut de García Velilla, tal y como se esperaba, muy en la línea de series de televisión como 7 vidas y Aída. De entrada tiene unos títulos de crédito originales que anuncian de forma acertada el género de la película. Se trata de una comedia coral que tiene como tema central la homosexualidad y en ella se dan los enredos típicos de una sit com.

Ante todo es una crítica social desde la ironía y la comedia. El humor recae sobre el desarrollo de la trama, la personalidad de los personajes y sus reacciones, dando vida a una comedia costumbrista, de la calle, tomando apuntes de la realidad inmediata.

Javier Cámara encabeza un reparto que es difícil que deje frío al espectador. Lola Dueñas y Fernando Tejero forman parte de un elenco cuyo objetivo principal es hacernos pasar un buen rato. Diálogos cercanos con ingeniosas frases, bromas verbales y gags acompañados por situaciones ridículas arrancan más de una carcajada.


Aunque parezca increíble la película no peca de frívola y superficial. El uso de palabras malsonantes es moderado, y tampoco hay un abuso de chistes de risa fácil. Se mueve más por el humor sutil y la ironía, lo que la dota de cierta elegancia, dentro de un tono agradable y cómodo.

A pesar de que la trama es trillada y previsible, incluyendo el final feliz y moraleja, el filme no llega a ser insulso. Pero si no nos hace caer en el aburrimiento es gracias a esos toques de humor antes mencionados y por supuesto al genial reparto.

La fotografia es colorista y divertida, destaca la cuidada composición del plano, con una buena iluminación y distribución de todos los elementos. Digna de mencionar es también la dirección artística, tanto en lo relativo al vestuario como a los decorados, pero sobre todo estos últimos, son muy acertados. Todo ello en una perfecta combinación ayuda a crear esos planos sugerentes y atractivos.

Ante todo la película es hilarante y divertida, para para pasar un buen rato y dejarnos con un buen sabor de boca, pero nada nuevo.