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España España · Madrid
Voto de Moody:
8
Drama Una niña de 6 años y sus amigos pasan el verano en un pequeño motel muy próximo a Disneyworld, mientras sus padres y el resto de adultos que les rodean sufren aún los efectos de la crisis. (FILMAFFINITY)

24 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En algún momento a todos se nos olvidó que hay vida más allá de lo que nos muestran los medios, la publicidad, los políticos, una realidad edulcorada que nos conviene lo tapa todo, pero que no es la única ni la más real en muchos casos.

A los protagonistas de “The Florida Project” la suerte les ha sido esquiva y las circunstancias totalmente adversas. Sobreviven, sí, pero lejos de lo que el sueño americano garantiza sin disponer de fondos para ello. Los protagonistas nadaron, y mucho, para acabar casi ahogados en la orilla, aunque vivos y coleando. Es el caso de Halley y su pequeña Moonee, una madre soltera que se gana la vida para pagar una habitación en un motel de Florida, a las afueras del imponente DisneyLand, durante un caluroso verano.

La película se centra en sus historias como si viéramos la vida pasar, en uno de los grandes aciertos de la película. El guion mezcla sus vidas mostrando la parte más amarga en la vida de la madre mientras nos enseña las travesuras de Moonee y sus amigos, aparentemente ajenos a la vida que le ha tocado vivir pero encontrando la belleza en el lugar más inesperado. Así podemos ver momentos en los que no pasa nada, tal y como ocurre en la vida real, y que son necesarios para que el resto tengan el contenido adecuado.

Baker crea un retrato de la sociedad muy real, siempre sincero y bastante directo aunque en ocasiones resuelva algunas situaciones de manera demasiado simple. Poco importa este detalle cuando es capaz de meterse en el bolsillo al espectador a los cinco minutos de metraje, demostrando buena mano para mostrar la miseria de esos momentos cotidianos.

La historia adquiere sin embargo profundidad gracias a la enorme actuación del reparto completo (ese Dafoe impresionante…), especialmente a la labor de la pequeña Brooklynn Prince, todo un descubrimiento a sus casi ocho años de edad. Desde su primera mirada, su primera línea de diálogo, Prince es la naturalidad en persona. Sus gestos y sus reacciones hacen que el público empatice con ella de inmediato, y así se adentre en una dura historia a través de su ingenua mirada.

Baker firma una película que mantiene el pulso con un espectador que intuye un triste desenlace que sabe llegará, y un llanto desesperado como resolución en el que las palabras no tienen hueco ante una reacción que, desde ahora, pasa a formar parte de la historia del cine contemporáneo. Y tampoco podemos olvidar su final, tan sensible y poético como el que se merecen las dos niñas, que solo hace que mostrar lo cerca, y a la vez lo lejos, que tenían sus sueños. Una verdadera obra maestra la de Baker.
Moody
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