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España España · Madrid
Voto de Moody:
6
Drama Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado esa mujer a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su ... [+]
31 de mayo de 2014
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En un claro ejemplo de un director que tiene la historia en la cabeza desde el principio hasta el final, la película es un conjunto de ideas expuestas sin complejos, en el que los actores se ponen a completa disposición de un guión que se lanza de un extremo a otro sin aparente rumbo. No se puede olvidar que el bueno de Lars tiene por costumbre exigir a su reparto mucho más de lo parecen dispuestos a dar, pero que siempre consigue que logren interpretaciones muy personales y complejas. No es esta una excepción, y el reparto de campanillas que completa la película tiene claro desde el primer momento que su exposición física y, sobre todo emocional va a ser el núcleo de una película que rompe con todos los cánones para dar un paso más allá y no quedarse en el intento.

Sin embargo este Volumen 1 tiene algo enigmático y atractivo que hace de imán para los espectadores, y raro sería el caso en el que un espectador saliera de la sala antes de tiempo aunque el resultado no le esté convenciendo en absoluto. Y esto, que un principio podría ser desconcertante, es en cierto modo un lazo irrompible entre las dos partes, un contrato tácito en el que espectador y director concluyen en que la película tiene alma y corazón además del obvio sexo implícito y explícito.

Y todo a pesar de que la película tiene mimbres suficientes como para hacer que cualquiera rechace verla nada más empezar. Algunas frases grotescas junto con secuencias brutales y muy explícitas pueden escandalizar al más cinéfilo de los espectadores, ese que ve casi cualquier cosa. No solamente al público, sino también a un sector de la prensa al que tanto le gusta la polémica, y que describieron la película como algo más que erótica. La gestión de este tipo de críticas ha hecho que Von Trier no haya montado todas las versiones de la película, algo que , por otra parte, resulta bastante extraño.

Este relato atemporal que utiliza su indefinición del término tiempo como aquel que se aisla de la realidad que le rodea para no conocer las malas noticias, en un juego en el que el espectador se ve envuelto para no levantarse de la silla, pero que en el fondo no es más que una simple autoterapia (si es que la palabra existe, aunque seguramente sí para Lars) para el propio directo con un montón de frases que pretenden decir mucho, pero que, sin sus polémicas escenas de sexo real, se queda más bien en nada.
Moody
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