La película se reduce a esto: ¿qué podrías estar viendo en vez de este bodrio infumable en el que extras (a los que se les ve en esas caritas que se mueren por 5 segundos de fama) no dejan de pegar saltos y hacer parkour en un bosque de andar por casa?

El guionista, en vez de haber metido el personaje ridículo del artista gráfico currando -poco, ¿para qué vamos a engañarnos?- en una novela, debería haber mandado a Rumanía a César Millán.

Le doy un 1 porque creo que alguien en esa película le dedicó algo de su tiempo a los títulos de crédito.