Infiltrados de Martin Scorsese, es un thriller de acción y drama sin desperdicio. Dirigida con un ritmo trepidante, y al modo propio y subjetivo del director, realiza un film increíble y extraordinario, con un resultado portentoso, impecable e irresistible para todos los públicos, no solo para los seguidores de Scorsese, sino para los buscadores de los buenos thrillers.
La fotografía, es alusiva y sensacional, con grandes toques luminosos y atractivos que cautivan al público, en gran parte por su exaltación de la violencia. Musicalmente, es espectacular y estimulante, con sonidos arrolladores y espléndidos. Y los efectos visuales, son verosímiles y admirables, que estremecen por su enardecimiento y dureza.
Las actuaciones, son auténticas y genuinas, sobresalientes en líneas generales. Con Jack Nicholson en su línea, realizando un gran papel deslumbrante, Leonardo DiCaprio increíble y con profundidad psicológica, Matt Damon cumplidor y remarcable, Vera Farmiga natural y sincera, Mark Wahlberg con personalidad y carácter, Alec Baldwin notable y competente, y Martin Sheen realizando una gran tarea admirable y sublime. Usando diálogos ácidos, sarcásticos y mordaces, típicos de los films de este género de Scorsese.
El guion, adaptado de un remake, es algo enrevesado y lioso, pero argumentado de modo absorbente y apasionante para el espectador, a la vez de inquietante y penetrante. Con un final que quita el hipo, y que ata todos los cabos sueltos siempre y cuando estés atento. Destacando también unos planos y movimientos de cámara que sacan lo mejor de un film irresistible gracias a un serio trabajo. Y unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos.
Por lo que, en conclusión, lo considero un film imprescindible y esencial, no solo dentro de la filmografía del director, sino del género en sí. Por ser violento e implacable, con escenas que sobrecogen, y con una definición inmensa y sublime, gracias a las interpretaciones, manejo de la tensión y música, que mantienen a todo el público expectante.