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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Thriller El escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre una grave crisis de creatividad. Un día prueba una nueva droga que le permite sacar el máximo partido a sus facultades mentales. De este modo, consigue triunfar en Nueva York. Un poderoso magnate de Wall Street (Robert De Niro) siente una irreprimible curiosidad por averiguar qué se esconde detrás de tanto éxito. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2011
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo de listos, el empastillado es el rey. Y es que en tiempos de crisis (cinematográfica también) parece que toca empastillarse. ¿NZT o MDT-48? Creo que da un poco igual porque la cultura del éxito no tiene nombres ni reglas. Sí resultados (aquí instantáneos) y efectos secundarios. Estar siempre en la onda y sintonía de la conquista universal pasa por chupar y tragar. El nuevo Soma te hace dejar de parecer un indigente y fracasado y te convierte en el cerebro de Stephen Hawking con el cuerpo de Ryan Reynolds. Aunque aquí hay trampa porque Bradley Cooper suele figurar en las listas de los más sexys del planeta. ¿Pero qué pasaría si no eres el único que toma esa droga? ¿Si todos la quieren y cada vez quedan menos dosis? ¿Y si sus efectos secundarios si no la tomas son letales?

La novela de Alan Glynn revisitada por Hollywood dejado claro que esos ‘campos oscuros’ de su título original, “The Dark Fields”, van a mostrarnos un thriller inteligente pero parece que Neil Burger se equivocó de pastilla y tomó un placebo. No consiste en escribir un libro en cuatro días sino de ser rico y famoso. Ir a más. Tiene elementos como explorar los efectos secundarios en esas amnesias con contacto con el lado oscuro del olvido pero la acción se utiliza para desarrollar un para nada inteligente thriller. “Sin límites” quiere vivir de Fincher y Nolan mostrando su anticlímax desde el arranque como falsa promesa y mentirijilla habitual del cine comercial americano. Se le pueden perdonar sus carencias aunque con este material los nombrados al principio construirían algo realmente inteligente. El director de “El ilusionista” simplemente se dedica a vender el producto y el género como un camello con mercancía adulterada.

El avance de la trama consiste en crear antagonistas equiparándolos con las mismas ventajas pastilleras. Se trata de ser una persona diferente, de hacer cosas que nunca se haría en condiciones normales, de ser una persona tan invencible y perfecta que puede voltear el mundo que le rodea a conveniencia. La cultura del éxito americano pasa por el triunfo con trampa. Esa lectura puede ser interesante en una sociedad que evoluciona a años luz gracias al nuevo Soma del siglo XXI. Su apego al thriller como aumento de tensión en el desarrollo se maltrecha con una revisión a un “Wall Street” meets la parte ‘Felix Felicis’ de “Harry Potter y el misterio del príncipe” con dosis de un curso multi-idiomas.

Ir de chulo por la vida tiene una ventaja sobrecogedora: caes como el culo aunque nunca te caigas con él.
Maldito Bastardo
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