No soy de los que piden el cero en esta página cada vez que mis ojos tienen la desgracia de contemplar alguna monstruosidad elaborada por el mentecato de turno. Con todo respeto a los compañeros que sí lo piden, pienso que no sería justo para ninguna producción, por mala que sea. Para mí, todas y cada una de las películas que han existido merecen una estrella, aunque a algunas de ellas las odie. Por qué?; porque por el mero hecho de querer hacer una película y conseguirlo, su máximo responsable la merece. Y no por querer hacerla, pero sí por conseguir rodarla, Ulli Lommel merece diez, porque ha demostrado tener unos cojones como el caballo de Espartero al perpetrar esta monumental basura.

Desde luego, algo en común tiene con la película de David Fincher, y es, que no trata sobre el asesino en serie. Por mucho que en la película diga llamarse Zodiac cualquier parecido con el verdadero asesino es pura coincidencia y, por si fuera poco el atrevimiento, el señor Lommel nos cuela unos cuantos letreros informativos al comienzo y al final de la cinta, de esos que nos cuentan lo mucho que el verdadero asesino aterrorizó San Francisco y que nunca fue capturado y bla, bla, bla; así como si no quiere la cosa, como si lo que nos acabara de contar el cabrón del director en su película tuviera algo que ver con Zodiac...

Gran defensor de la película de Fincher (o mejor dejémoslo en, defensor de la gran película de Fincher), puede que servidor esté más irritado de lo que debiera y en un irrefrenable impulso me haya lanzado a escribir sobre esta inmunda obra, como si la vida me fuera en ello. Pero cuidao, que mis improperios no son exagerados y no me equivoco al afirmar que esto que desgraciadamente nos ocupa es una absoluta y auténtica mierda; y, sí, es de las que ponen de mala uva.

No hablo de los detalles porque no me apetece, porque no lo merece, porque el único motivo para querer dedicarle tiempo es para desahogarse soltando espuma por la boca. Y yo creyendo que con evitar a Uwe estaba todo solucionado, aunque tengo que decir a mi favor que no tenía ni pajolera idea de quién coño era Ulli Lommel, es la primera peli que veo del individuo este, además, el cartel de la peli con el majestuoso Golden Gate pintaba bien (peor que cualquier telefilm no puede ser, pensé); así que, dicho y hecho, me puse a verla como un inocente corderito...

Ni la tele tiene huevos a ponerla en la parrilla (aunque tampoco hablaré muy alto).