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España España · Gijón
Voto de TeAmargo:
5
Serie de TV. Drama. Thriller Serie de TV (2013-2018). 6 temporadas. 73 episodios. El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey), con la complicidad de su calculadora mujer (Robin Wright), maneja con gran destreza los hilos de poder en Washington. Su intención es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno. Sabe muy bien que los medios de comunicación son vitales para conseguir su propósito, por lo que decide convertirse en la ... [+]
23 de noviembre de 2018
39 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kevin Spacey aparte, 'House Of Cards' arrancó realmente magnética a todos los niveles. Robin Wright daba la réplica de forma bestial. Kate Mara componía un personaje secundario que se tornaba protagónico con cada nueva pincelada. La dirección y el estilo visual estaba por encima de la gran mayoría de productos televisivos. Y como viene siendo marca de la casa: un final que dejaba con ganas de mucho más.

La segunda temporada es la mejor para mí. La culminación perfecta de los entresijos presentados y desarrollados en la primera. Desde esa escena inolvidable y abre bocas en el metro uno sabe que lo que va a venir va a ser sin ningún tipo de control ni convencionalismo. Hasta su plano final podría haber sido un final de fiesta desolador e implacable.

Pero no. Lo mismo de siempre. Ya sea en Netflix, en Showtime, en Fox. El alargamiento y sus consecuencias. Recordemos que la original era una miniserie de inicio, estructura y final cerrados repartidos en tres entregas. Aquí esta tercera temporada cede fuerza y comienza a resentirse tanto en ideas como en desarrollo. La cuarta era mejor, pero se alejaba de lo sombrío e íntimo de las dos primeras. Ya era definitivamente más comercial.

El declive definitivo de la serie no llegó con el escándalo ya sabido a voces de Spacey. Llegó con una quinta temporada vacía y decepcionante, que prácticamente traicionaba o ponía de cara a la pared cada ideal por los que la serie se había sustentando desde sus principios. Y ya luego la sexta, es de comer aparte. Mira que tenía una división de episodios reducida, a una Robin Wright desatada y a un clima actual del #MeToo a favor. Pues nada, los argumentos son risibles a más no poder. Y aburridos, todo un crimen para el tipo de serie que es ésta. Culminando con un broche final triste y completamente olvidable.

Viendo la nota final, parece que pueden salvarse los muebles por ella. Pero sabiendo que empezó siendo sobresaliente, se comprende el motivo de mi descontento y mi decepción. Otra serie más, otra oportunidad de cuadrar el círculo perdida más.
TeAmargo
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