Sinceramente no entiendo la baja puntuación que se le otorga aquí a este film. Es una de las mejores de Bronson en su etapa de justiciero o asesino a sueldo, como en éste caso. Con una estética muy mex entre Pekinpah y el Eastwood de Ruta suicida, está bien rodada, es políticamente incorrecta, entretenida, salvaje y desvergonzada, a la altura de sus obras de arte del cine de evasión como Death Wish, Fríamente, sin motivos personales o Ciudad violenta.