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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Drama El destino de Simone Veil, su infancia, sus luchas políticas, sus tragedias. El retrato épico e íntimo de una mujer con un recorrido vital fuera de lo común que revolucionó su época defendiendo un mensaje humanista que pervive hasta hoy.
2 de febrero de 2023
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película cuyo título, ya de entrada, es confuso pues no se sabe si será una biografía de Simone de Beauvoir o de Nina Simone, las cuales además ya tienen sus propias películas y documentales.

Estamos ante un filme sobre Simone Veil (2027-2017), una mujer judía (laica) que sobrevivió al Holocausto, estudió Derecho y Ciencias Políticas a la par que joven madre, y fue magistrada. Pero sobre todo fue una de las políticas más importantes de Francia y de Europa.

Veil fue ministra de Sanidad con Valéry Giscard d'Estaing e impulsó la ley por la que se despenalizaba el aborto en su país en los años ’60, y frente a insultos y descalificaciones de todo tipo aseguró el acceso a un procedimiento seguro, legal y financiado con fondos públicos para la interrupción voluntaria de un embarazo. Pensemos que la esencia de su lucha está en su apasionado feminismo, su sed de justicia y la fe inquebrantable en un país que, como es sabido, colaboró con los Nazis en la época de la ocupación (se puede ver aquí: https://elpuertoactualidad.es/2023/01/28/ocupacion-nazi-en-francia-cine-memoria/).

Pionera en exigir servicios básicos y atención médica para los presos, a la Veil le decían los Jefes de Presidio: "Señora, ¿está sugiriendo que establezcamos bibliotecas para los presos?". Pero hacía valer su compasión por los presidiarios y también por los enfermos de SIDA; igualmente hizo labor en los Centros de apoyo para drogodependientes de larga duración

Fue también la primera mejer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo (1979-1982). Ocupó varios cargos ministeriales en el gobierno de Édouard Balladur, y de 1998 a 2007 fue miembro del Consejo Constitucional en Francia, la autoridad legal más importante del país. S. Veil está enterrada en el Panteón de París.

Y habría más, una larga lista de logros y cargos, todo lo cual no es fácil de resumir en una película, pues aunque la cinta es larga (140 minutos), no es del todo suficiente. Olivier Dahan es un director ambicioso y ha querido abarcar desde los primeros años del personaje, la única época en su vida, por cierto, en que fue feliz y vivió en paz. Luego vendría el penoso capítulo de su deportación, junto con sus hermanas y madre al campo de exterminio de Auschwitz.

Es el retrato épico e íntimo de una mujer con un recorrido de vida fuera de lo habitual, que revolucionó su época y siempre defendió un mensaje humanista que pervive hasta hoy. Fue una mujer entregada a mejorar la vida de la gente humilde, mostrando su empeño en mejorar sus condiciones de vida. No había drama que le fuera ajeno, ni siquiera el drama argelino en el que se impuso para mejorar las condiciones de los presos en la Argelia colonial en guerra, capítulo tan candente en el país galo de la época. De otro lado, no sentía ningún partido político como propio, unos por parecerle reaccionarios y otros sectarios.

Dirección y guion de Dahan, que aborda esta biografía con soluciones elegantes para las transiciones entre épocas, como se aprecia en los primeros minutos. Estos pasajes los acomete avanzando en el tiempo y dando saltos, adelante y atrás, de la infancia a la juventud y edad posterior.

Es una apuesta arriesgada por cierto desorden, pues teniendo tanto material, en lugar de seleccionar y resignar algunas partes, lo que aparece en pantalla resulta excesivo y atropellado por momentos, con una colección de estampas que pueden ser brillantes en sí mismas, pero no siempre bien estructuradas.

En todo caso, ayuda en positivo la fotografía brillante de Manuel Dacosse, una música sugerente de Olvon Yacob y excelente dirección artística, algo teatral en ocasiones.

En el reparto Veil es interpretada espléndidamente cuando era joven por Rebecca Marder y, a partir de 1968, por Elsa Zylberstein, aunque con mucho maquillaje protésico. Su esposo Antoine es interpretado por Mathieu Spinosi cuando era joven y Olivier Gourmet en años posteriores, muy bien como funcionario francés a quien le costó entender la lucha de Simone, para finalmente convertirse en uno de sus más grandes colaboradores. Y acompañan otras actrices y actores de reparto como Élodie Bouchez, Judith Chemia, o Sylvie Testud.

La película tiene un estilo similar a su: “La Vie En Rose” de 2014; o sea, una cámara inquieta y casi mareada, aunque no pierde el control, va entrando y saliendo de los episodios de la vida de Veil, con lo cual se construye una narrativa sensorial basada en los ecos emocionales del personaje, más que en la cronología de los acontecimientos.

Película que da para pensar y que hace caer en la cuenta de que hay personas extraordinarias no necesariamente muy famosas ni muy conocidas, pero que han colaborado a construir una sociedad más humana. «Haber hecho Europa me reconcilió con el siglo XX», confesaría Simone Veil, testigo de una era fabulosa y terrible.
Kikivall
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