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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Elia cumple 40 años y, para celebrarlo, reúne en una lujosa casa rural a amigos y familiares. Tiene que decirles algo muy importante que hará que el ambiente empiece a enrarecerse... (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elia (Maribel Verdú) cumple 40 años. Para celebrarlo invita a una lujosa casa rural a amigos y familiares. Debe decirles algo muy importante: ha resultado ser la ganadora del bote de 140 millones que el Euromillón sorteaba esa semana. Es ese el momento en el que el ambiente empieza a tornarse ácido y a enrarecerse. Lo que comenzaba alegremente, da paso, en este punto de inflexión donde el dinero hace su aparición, a toda clase de patrañas para quedarse con el capital de Elia.
Dirige con soltura y singularidad esta comedia-drama Gracia Querejeta, que es una maestra en disputas entre sus personajes y en escenas donde predomina lo emocional y lo visceral, lo que sale de las entrañas de los protagonistas, lo bueno y lo malo. El guión es de la propia Querejeta con la enorme ayuda de Santos Mercero, un guión que será considerado probablemente como el más sorpresivo y corrosivo del cine español del año, que dará la gran sorpresa. Estupenda y muy fina la música de Federico Jusid y gran fotografía con su medida para los planos próximos y para los grandes paisajes de exteriores, preciosa fotografía, digo, de Juan Carlos Gómez
En el reparto Maribel Verdú está magnífica en su papel protagonista, genial; Antonio De La Torre, abogado cínico y hombre de cuidado, muy bien; Eduard Fernández, sensacional en su papel de amigo gourmet; Mariam Álvarez sensacional como hermana maltratada por su esposo y de espíritu débil que pasa de la comedia a la tragedia en un segundo sin despeinarse; Nora Navas, amiga de cuidado: extraordinaria y motor dramático de la película; Alez O´Dogherty sembrado en su rol de millonetis; Ginés García Millán, estupendo en el papel de ex novio de Elia con nueva novia (actor muy olvidado en este país); Paula Cancio, que va a dar que hablar porque está espléndida en su rol de argentina cargante y presumida, novia advenediza y mujer insoportable; y Marcos Ruiz que no se amilana ante tanto actor bueno y veterano: muy bien. Querejeta tiene que dirige muy bien a los actores, actores todos excelentes, actores y actrices premiados y con una larga trayectoria en sus carreras con una Maribel Verdú a la cabeza; la Verdú es ya prácticamente una musa para la Querejeta. Aunque hay también otras mujeres complejas llenas de secretos y dobleces. Sorprende, así, la facilidad de los actores para cambiar de registro y adaptarse al ritmo cambiante y fluido de una trama que se comporta con la lúcida crueldad del mismo dinero. Así que los actores son quizá el valor principal de este film.
Pero hay más, claro: el dinero nubla la vista y confunde el ánimo. Y entonces, lo que sigue es puro despiste para deshacer los géneros: drama, romance, tragedia… Pues resulta que lo que pretendía ser no es y viceversa.
Claro que uno recuerda otros filmes que versan sobre encuentros entre amigos y familiares y que por lo general acaban mal. Pero cuando llega el segundo tramo de la historia, algo que no hay que desvelar para que no preavisar al que quiera ir a verla, afloran los verdaderos subtextos: el hombre (y la mujer) y sus crisis; la ambición desmedida e irracional; los modos sui géneris de relacionarnos; el a veces mito de la amistad; la fachada hipócrita; la diferencia de fuerzas entre unos personajes y otros. De manera que la última de la película te atrapa, es convincente y además original. Y todo ello sin perder de vista, como antes decía, el poder comercial. La película es para todas las edades y clases sociales prácticamente, pues a todos nos concierne y a todos toca: los buenos, los regulares, los cabrones o los híbridos, que es lo que somos todos, o casi todos.
La película nos hace zambullirnos en cierta oscuridad que reconocemos, así como en cierta negación del hombre bueno de Rousseau: codicia, mezquindad, brutalidad y cobardía, son rasgos que Gracia Querejeta decide filmar en su séptima película.
El film es una obra para reflexionar sobre el poder fascinante del dinero y el poder corruptor que tiene sobre las vidas de la gente; tanto, que el dinero puede pasar como un buldócer sobre la familia y la amistad, y de pudrir relaciones asentadas.
En resumen, no es nada nuevo. La antigüedad: culturas ancestrales, griegos, romanos, y no digamos nuestra Literatura, previnieron sobre los peligros y desvaríos de la riqueza, el “becerro de oro” o el dinero. Pero quien vea esta película, creo que agradecerá, como yo lo hice, el que nos recuerden el ya sabido mensaje que viene totalmente al hilo de nuestra actual y vergonzante historia de corrupciones y latrocinios.

Hace mucho el dinero (Libro del buen Amor)

Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
Aun el hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dineros no es de sí señor (no le dicen señor).

[…]
El hace caballeros de necios aldeanos,
condes y ricos hombres de unos cuantos villanos,
con el dinero andan los hombres muy lozanos,
cuantos hay en el mundo le besan hoy las manos.

Yo he visto a muchos monjes en sus predicaciones
denostar al dinero y a las sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

En resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.

Arcipreste de Hita
Kikivall
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