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España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Drama Cuatro niños, hijos de distinto padre, viven felices con su madre en un pisito de Tokio, aunque nunca han ido al colegio. Un buen día, la madre desaparece dejando algo de dinero y una nota en la que encarga al hijo mayor que se ocupe de sus hermanos. Condenados a una dura vida que nadie conoce, se verán obligados a organizar su pequeño mundo según unas reglas que les permitan sobrevivir. Sin embargo, el contacto con el mundo exterior ... [+]
6 de abril de 2020
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Dramática y a la vez hermosa esta película sobre cuatro niños de padres diferentes, hijos de una madre errática e insensata, niños que nunca han ido al colegio y que en un momento del film, su madre los abandona en un pequeño piso de Tokio a cargo del mayor de doce años de edad. Los niños se ven obligados a organizarse como mejor pueden, en plan de sobrevivir y sin apenas dinero para pagar las facturas ni comprar comida. El difícil equilibrio de los cuatro hermanos pronto empezará a resquebrajarse.

El director Hirokazu Koreeda, con guion de su propia autoría hace lo que con acierto Ocaña ha calificado de “poesía del desamparo”, una obra en la que el espectador lo pasa mal, convirtiéndose en un sufridor silencioso del panorama que está presenciando, de esos niños abandonados cuya desorientación es, empero, poética por la forma delicada y la maestría con que Kereeda trata la historia. A lo cual colabora la genial fotografía de Yutaka Yamasaki y una sugerente música de Gontiti.

A lo que he dicho se une la apabullante naturalidad y frescura de los actores niños que aportan una fuerza y un realismo elegante al filme. Yûya Yagira, Ayu Kitaura, Hiei Kimura, Momoko Shimizu aciertan a conseguir un coro de tiernas voces bajo la batuta de Koreeda, que hace temblar los cimientos del corazón de quien ve la película; ese miramiento sutil y lírico a lo que es sin más, resistencia infantil ante la desdicha.

Una improvisada crítica como yo, en estas mismas páginas, Mirada Milenaria, titula sus comentarios sobre esta cinta: “Eso mismo viví, durante una etapa de mi vida”, y sus palabras me han parecido muy aclaratorias, porque provienen de sus propias vivencias que acierta a reconocer en la pantalla, o sea en esta película, que le trae recuerdos igual de asombrosos y trágicos de su propia infancia; como cuando dice, tras el visionado y recordando a su madre: “Ella era incapaz de amar a nadie por mucho tiempo, se cansaba de todo... los trabajos, los hombres... hasta de nosotros, sus hijos, llegó a cansarse”. Y añade que cada pocos meses cambiaban de domicilio abandonando los enseres, porque su madre odiaba las mudanzas. Y en otra parte de sus comentarios autorreferentes y terribles añade que al cabo de tres años apenas poseía “una lamparita en forma de luna, que instalaba en mi habitación y permanecía toda la noche encendida para que me hiciese compañía... Aquella pequeña luz amarilla me ofrecía seguridad. Era el único anclaje a la vida errante que llevábamos (…) (la película) me hizo recordar una etapa de mi vida, oscura, lejana ya, que trajo de nuevo a mi memoria, momentos de mi infancia; donde la vida fuerza a madurar a una edad que solo tendrías que pensar en esa felicidad infantil y serena”.

Amigos, no creo que se puedan decir mejor los sentimientos, las emociones y las vivencias que esta obra evoca en el alma de cada uno. La mayoría de nosotros podemos dar gracias al cielo de no haber sido abandonados precozmente. Pues hay muchas formas de abandono. En el caso de este filme es un abandono a todo nivel, que empieza por el abandono físico y de soporte básico que todo niño debido a su inmadurez necesita. Pero hay también el profundo abandono que ha impedido a los niños de la historia acceder a la educación y a la compañía de otros amigos/as.

Qué más puedo decir. Desde luego no es un filme para pasar el rato. Pero una vez inicias su visionado ya no puedes dejar de mirar por ver qué va a pasar. Y como las personas nos parecemos en algunas cosas bastante, no creo errar al afirmar que el espectador espera, aunque sea en el último minuto del (largo) metraje y con muchas ganas, un milagro.
Kikivall
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