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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Berlín, 1942. Bruno (Asa Butterfield) tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre -recién nombrado comandante de un campo de concentración- ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona ... [+]
26 de enero de 2017
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Creo que Mark Herman dirige con profesionalidad este escalofriante film sobre la crueldad infinita del ser humano, conducido por un guion de su propio puño y letra basado en la conocida novela de John Boyne.

La trama se desarrolla de manera correcta, a buen ritmo, con ternura y tensión, también con el amor y la crueldad que rodea la inocencia de los infantes. Contribuye a ello el acompañamiento de la buena composición musical de James Horner y la excelente fotografía de Benoît Delhomme, que tiñe en una rara mezcla de optimismo y drama cromático el curso de la historia.

Las interpretaciones son excepcionales, destacando los niños protagonistas. En primer lugar Asa Maxwell Thornton Farr Butterfield que interpreta a Bruno y hace absolutamente creíble su papel de cándido niño que entabla amistad con el otro niño de la película. Ese otro niño es Jack Scanlon, que hace un trabajo que muestra con genial maestría su estado de enajenación y “asombro” por lo que le está ocurriendo a él y a sus padres en ese horrible campo donde se encuentra como prisionero, sin que acierte a saber por qué.

Subrayo la importancia de los niños porque son el eje del film, desde mi modo de ver, aunque ya sabemos que por lo común los niños deben ser bien dirigidos por el realizador, lo cual que felicitaciones a Herman por su trabajo.

Pero ni que decir tiene que la película, además de los mencionados niños, cuenta con un reparto de lujo con actores y actrices de la talla de David Thewlis en una estupenda interpretación como militar nazi, comandante del campo y padre de Bruno; Vera Ann Farmiga en el papel de Elsa, la madre; Rupert Friend en el papel de Lt Kotler; Cara Horgan en el papel de María; David Hayman como abuelo fanático, en fin, sirvan estos ejemplos para significar un cuadro actoral encomiable para este film conmovedor.

Esta cinta me trastornó profundamente, y lo digo sin vergüenza, más bien afianzándome en mis convicciones antinazis, antifascistas, y sintiendo vergüenza por las aberraciones que el género humano pudo cometer en esa guerra que nunca deberíamos olvidar, cuando un energúmeno loco, hipnotizó a todo un pueblo, el alemán y lo lanzó contra los judíos.

Como se ve en algunas escenas de este film, que los judíos eran poco menos que animales y la causa de todos los males de aquella Alemania empobrecida por su mala cabeza tras la Primera Gran Guerra. Yo, con estas películas no sólo me quedo pensando y sufro al pensar lo que fue aquello (parece mentira que hoy día algunos estados islamistas nieguen el Holocausto, v.g. Irán); no sólo eso digo, sino que hago esfuerzos ímprobos por entender cómo se pudieron cometer esas monstruosidades y tropelías contra otros semejantes.

La historia es sencillamente sobrecogedora. La película comienza con un ritmo pausado, pero llega un punto en el que cautiva los sentidos y nos hace estar pegados al sillón viendo las imágenes tiernas y trágicas que allí se proyectan.

Hay una escena, cuando el niño judío Shmuel (el niño con el “pijama de rayas”) se esconde, se muestra remiso y cabizbajo, con miedo, cuando el niño Bruno quiere jugar con él con él al balón al otro lado de la alambrada; es una escena sobrecogedora, memorable, intensa y a la que ayuda las grandes interpretaciones de los niños. Y es que el pequeño actor que interpreta a Bruno (Asa Butterfield) es realmente magnífico, hondo, cordial, pero la interpretación del niño Shmuel (Jack Scanlon) es verdaderamente gloriosa.

Una enseñanza que no olvidarán, una película vista por los ojos de sendos niños que no aciertan a adivinar qué cosa es la que ocurre, qué pasa, dos mundos vírgenes que, al sorprenderse, nos sorprenden a los espectadores y nos dibujan de forma más dramática, si cabe, que el común de otros filmes sobre el Holocausto, la verdadera tragedia del destino cruel de nuestro género humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kikivall
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