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España España · Granada
Voto de Kikivall:
4
Acción. Drama En la tarde del 21 de agosto de 2015, tres jóvenes americanos que viajaban por Europa se enfrentaron a un terrorista en un tren con destino a París, con 500 pasajeros a bordo. La película narra el curso de las vidas de estos amigos, desde los avatares de su niñez para encontrar su destino, hasta la serie de eventos que precedieron al ataque. A lo largo de esta desgarradora experiencia, su amistad nunca flaqueó, convirtiéndola en su mejor arma. (FILMAFFINITY) [+]
14 de febrero de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood cuenta de nuevo una historia de héroes anónimos, o sea, un intento de reconstruir esa forma intuitiva y arriesgada de pasar a la acción, por la cual una persona ‘normal’, en un momento de gran peligro o dificultad obra siguiendo un espíritu de enorme riesgo optando por la decisión de intervenir antes que dudar, e interviniendo con peligro para su vida, hasta el límite del sacrificio o de perder la propia vida. Sin actores profesionales, salvo los genuinos protagonistas de la historia, y sin drama, pues la narración está tomada de unos apuntes accidentales de la vida de los protagonistas, resulta una película que tal vez pretende ser una “no-película”.

De su director Clint Eastwood creo poder decir que es toda una proeza de la vida que a sus 87 años le quede resuello para acometer otra película, sobre todo siendo un experimento tan arriesgado como este en el cual Eastwood se asoma a una nada de dramatismo, con apenas un guión nada reseñable, el de Dorothy Blyskal (guinista de “Sally”), adaptación de la obra homónima también de sus protagonistas, con alguna ayudita: Sadler, Skarlatos, Stone y Jeffrey E. Stern, y con esa máxima que a Eastwood le ha dado resultado: “la mejor actuación es la que no existe”. Claro que para que este milagro ocurra el personaje tiene que ser un Eastwood que llena pantalla con su magnetismo (aunque escaso repertorio actoral), como en otros tiempos hicieran John Wayne y tantos actores mediocres pero carismáticos.

Tal vez con la edad, nuestro buen Clint haya querido ser minimalista y hacer un cine sencillo, desnudo de artificio salvo la propia realidad. Pero dicho esto, que no es más que una suposición, la película lo que hace es enfocarse a la muy efectiva y potente escena final. El resto es un rellenito variopinto donde hay de todo: amistad, Dios, tenacidad, etc. Con todo ello Eastwood de nuevo vende el cuento de la superioridad y capacidad de reacción americana.

El reparto son Spencer Stone, Anthony Sadler y Alek Skarlatos que por decirlo sencillamente, no interpretan. Y como tampoco hay mucho argumento, salvo el de una historia convencional y aburrida, sin drama, de película queda poco. La cosa queda en esa especie de experimento que Martínez denomina antidocudrama.

Nos quedamos, eso sí, con una acción meritoria y aparentemente heroica en un tren. Son diez minutos de acción frenética donde entre los tres jóvenes y algún otro viajero consiguen desarmar al terrorista Ayoub El Khazzani y reducirlo impidiendo perpetrar la acción terrorista con su kalashnikov. Está recreada la cosa con crudeza e intensidad. Lo que pasa es que el resto de la cinta, la vida de los jóvenes, el tour europeo, sus fiestas nocturnas, etc., es decir más de setenta minutos de metraje resultan profundamente aburridos por ser escenas banales que carecen de complejidad psicológica y suspense.

Lo que me pregunto es: ¿se puede armar una película sobre una única escena? Pues no, porque las escenas carecen de la complejidad, los matices, la dinámica interna o el contrapunto trágico suficiente como para sobre esa breve base pretender una obra cinematográfica. Al igual que “una golondrina no hace verano”, una sola escena no hace una película.
Kikivall
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