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Voto de Dronicus:
8
6,4
39.721
Ciencia ficción. Thriller
El futuro, en una distopía. Dos personas por nivel. Un número desconocido de niveles. Una plataforma con comida para todos ellos. ¿Eres de los que piensan demasiado cuando están arriba? ¿O de los que no tienen agallas cuando están abajo? Si lo descubres demasiado tarde, no saldrás vivo del hoyo.
21 de marzo de 2020
32 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué el cine español es malo? Eso mismo he pensado yo toda la vida y la verdad es que las películas con las que me he encontrado no han hecho más que reforzar esa idea ya tan arraigada en mí, sólo el azar y estar en el lugar y momento apropiado fueron lo que me llevaron, una vez más, y sin saber nada de ella a verla, y no verla centrado precisamente, la tenía puesta en un segundo plano, pero me terminó por absorber hasta tal punto que dejé de lado lo que estaba haciendo. Gran película, con poderoso mensaje, pero con pequeñas imperfecciones.
El Hoyo, es una “prisión” vertical brutalista, construida y operada por humanos para encarcelar a otros humanos, obvio, hasta aquí nada sorprendente, salvo por el hecho de que cada celda está situada sobre otra y todas ellas interconectadas entre sí por una abertura situada en el centro. Allí las personas están por elección propia, algunos para saldar cuentas pendientes con la justicia y otros con la vida. Te explicaría cómo funciona más a fondo éste curioso mecanismo de relojería que es el Hoyo, obvio, pero una parte importante de la experiencia de conocerlo es oírlo de boca del propio Trimagasi.
Goreng, el protagonista, está ahí para dejar de fumar y aprovechando que puedes entrar con un objeto, matar dos pájaros de un tiro y leer el Quijote, no solo eso, al terminar recibirá un título homologado, las referencias a la última parte son tan obvias que ni me molestaré en comentarlo. La relación entre el protagonista y Trimagasi es al principio de desconfianza que solo se rompe mediante un intercambio de información, lo más parecido a una moneda en el Hoyo, que como es obvio nos sirve para entender de paso las reglas de su mundo de 25 metros cuadrados. El resto de estrambóticos personajes están a la a altura de éste particular Don Quijote, tanto aliados como enemigos, sus motivaciones y formas de entender su mundo son tan variadas como extrapolables a gente que seguro que conoces.
El mensaje social que nos presentan no es novedoso, pero si cada vez más importante en los tiempos que corren. Aborda temas como la desigualdad social, la eliminación del ascensor social y la poca capacidad de la sociedad para articular respuestas globales a problemas que afectan a todos, aunque, a unos más que a otros como es obvio.
La banda sonora va acorde con la película, y no es casual que suene como cubiertos, copas y bandejas vacías entrechocando entre sí, en ocasiones crea un efecto que potencia diferentes escenas, dándoles un sutil toque muy particular y siempre desagradable.
La película merece la pena, no es perfecta, pero llega muy lejos a pesar de los escasos medios de los que dispone y de las limitadas interpretaciones de algunos de los personajes principales, muy buena película, y española para mi sorpresa que han dejado grabadas en mi retina fragmentos que recordaré durante mucho tiempo, ya ha hecho mucho más que casi cualquier película multimillonaria de la cartelera, lo más seguro es que dará igual cuando leas esto, seguirá siendo cierto. En definitiva, es obvio que la recomiendo.
El Hoyo, es una “prisión” vertical brutalista, construida y operada por humanos para encarcelar a otros humanos, obvio, hasta aquí nada sorprendente, salvo por el hecho de que cada celda está situada sobre otra y todas ellas interconectadas entre sí por una abertura situada en el centro. Allí las personas están por elección propia, algunos para saldar cuentas pendientes con la justicia y otros con la vida. Te explicaría cómo funciona más a fondo éste curioso mecanismo de relojería que es el Hoyo, obvio, pero una parte importante de la experiencia de conocerlo es oírlo de boca del propio Trimagasi.
Goreng, el protagonista, está ahí para dejar de fumar y aprovechando que puedes entrar con un objeto, matar dos pájaros de un tiro y leer el Quijote, no solo eso, al terminar recibirá un título homologado, las referencias a la última parte son tan obvias que ni me molestaré en comentarlo. La relación entre el protagonista y Trimagasi es al principio de desconfianza que solo se rompe mediante un intercambio de información, lo más parecido a una moneda en el Hoyo, que como es obvio nos sirve para entender de paso las reglas de su mundo de 25 metros cuadrados. El resto de estrambóticos personajes están a la a altura de éste particular Don Quijote, tanto aliados como enemigos, sus motivaciones y formas de entender su mundo son tan variadas como extrapolables a gente que seguro que conoces.
El mensaje social que nos presentan no es novedoso, pero si cada vez más importante en los tiempos que corren. Aborda temas como la desigualdad social, la eliminación del ascensor social y la poca capacidad de la sociedad para articular respuestas globales a problemas que afectan a todos, aunque, a unos más que a otros como es obvio.
La banda sonora va acorde con la película, y no es casual que suene como cubiertos, copas y bandejas vacías entrechocando entre sí, en ocasiones crea un efecto que potencia diferentes escenas, dándoles un sutil toque muy particular y siempre desagradable.
La película merece la pena, no es perfecta, pero llega muy lejos a pesar de los escasos medios de los que dispone y de las limitadas interpretaciones de algunos de los personajes principales, muy buena película, y española para mi sorpresa que han dejado grabadas en mi retina fragmentos que recordaré durante mucho tiempo, ya ha hecho mucho más que casi cualquier película multimillonaria de la cartelera, lo más seguro es que dará igual cuando leas esto, seguirá siendo cierto. En definitiva, es obvio que la recomiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final no está a la altura del resto de la película es abierto, es como comer de la mesa en el nivel 50, deja mal sabor de boca, de hecho, nunca se sabe si las elucubraciones de los protagonistas son siquiera ciertas y el experimento tiene realmente un fin o si es posible la victoria.
Entiendo que el libro de Goreng es el catalizador de las andanzas de nuestro particular Quijote y Sancho a través de los niveles, luchando contra sus particulares molinos, pero, ¿que fue antes el huevo o la gallina?
Para mí, el mensaje más impactante de la película fue ver la inmundicia en los niveles inferiores y como la gente sobrevivía hasta límites insospechados y como sin embargo gente de los niveles superiores terminaba por lanzarse al vacío, es curioso como quien más tiene se ahoga en un vaso de agua y como los que no tienen, no pueden perder el tiempo en otra cosa que no sea mantenerse con vida. Como país en el que estamos es una reflexión remarcable, siendo nosotros de al menos los primeros 10 niveles donde llega comida y la mayor parte no está pisoteada ni escupida, sin embargo, cada vez es más palpable que nos estamos transformando en una sociedad esencialmente pusilánime. Es triste, pero parece que solo seremos capaces de recuperar la visión de qué es lo verdaderamente importante cuando bajemos unos niveles.
Las similitudes con Snowpiercer son muy claras, pero me ha gustado como han abordado ambas películas un mismo tema desde ángulos diferentes.
Entiendo que el libro de Goreng es el catalizador de las andanzas de nuestro particular Quijote y Sancho a través de los niveles, luchando contra sus particulares molinos, pero, ¿que fue antes el huevo o la gallina?
Para mí, el mensaje más impactante de la película fue ver la inmundicia en los niveles inferiores y como la gente sobrevivía hasta límites insospechados y como sin embargo gente de los niveles superiores terminaba por lanzarse al vacío, es curioso como quien más tiene se ahoga en un vaso de agua y como los que no tienen, no pueden perder el tiempo en otra cosa que no sea mantenerse con vida. Como país en el que estamos es una reflexión remarcable, siendo nosotros de al menos los primeros 10 niveles donde llega comida y la mayor parte no está pisoteada ni escupida, sin embargo, cada vez es más palpable que nos estamos transformando en una sociedad esencialmente pusilánime. Es triste, pero parece que solo seremos capaces de recuperar la visión de qué es lo verdaderamente importante cuando bajemos unos niveles.
Las similitudes con Snowpiercer son muy claras, pero me ha gustado como han abordado ambas películas un mismo tema desde ángulos diferentes.