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Voto de Lucien:
6
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52.274
Fantástico. Ciencia ficción. Acción
El descarado y brillante empresario Tony Stark/Iron Man se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites. Cuando Stark comprende que su enemigo ha destruido su universo personal, se embarca en una angustiosa búsqueda para encontrar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su entereza una y otra vez. Acorralado, Stark tendrá que sobrevivir por sus propios medios, confiando en su ingenio y su instinto para proteger a las ... [+]
12 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso fue lo primero que pregunté a mis amigos al salir del cine. Y todos me miraron con cara de alienígenas. Voy corriendo a casa, abro el portátil, miro las 10 primeras páginas de reseñas del Filmaffinity y ¿qué me encuentro?, pues que nadie lo comenta (vayan mis perdones si otro compañero/-a dijo algo parecido pasada esa frontera).
Querido compañeros, mi teoría no me la invento. Iron Man 3 es una película confeccionada al calor de la ideología. Respira por los mismo aires de "Zero Dark Thirty", pero sin declararlo.
Mis argumentos en spoiler.
Querido compañeros, mi teoría no me la invento. Iron Man 3 es una película confeccionada al calor de la ideología. Respira por los mismo aires de "Zero Dark Thirty", pero sin declararlo.
Mis argumentos en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aquí van mis argumentos:
- 1. Mandarín pierde protagonismo. ¿Por qué? Ya sabemos por qué no puede ser chino. En primer lugar, es obvio que Mandarín es un remedo de Bin Laden. En segundo es obvio que el remedo es falso, luego Bin Laden ¿también lo fue? Black nos dice que el grtan enemigo es un enemigo de pega. La película plantea el terrorismo como una casa de doble fachada: por un lado, la máscara; por otro, el enemigo interno. El Mandarín de nuestra infancia es aquí solo un cuestionamiento de la figura de Bin Laden. ¿Fue real, qué hubo detrás? Ya la preguntita se antoja espinosa. Ah, pero entonces, viene lo siguiente...
- 2. La caída de los pasajeros del avión constituye una reescritura de las muertes en caída libre del 9/11. Toma ya. En lugar de la gente cayendo de los rascacielos, tenemos una reelaboración del atentado que ha marcado la historia reciente de EEUU. ¿Con qué intención? Para mí está claro. De igual modo que hiciera el endiosado Nolan en Batman 2, con la escena de los dos barcos, la escena sirve para presentar un símbolo ejemplar de los Estados Unidos. En efecto, un Estados Unidos donde la solidaridad del pueblo permite la salvación. Diríase casual, si no fuera porque andamos en tiempos de crisis económica y los mensajitos populacheros vienen al caso.
-3. Iron Man es presentado como el causante de sus propios monstruos. ¿Pensando en el 9/11, no les da qué pensar? ¿Y si hablamos de la crisis? ¿Y si les pongo la igualdad Iron Man/EEUU vs. Killian/ conflicto en oriente medio? En mi opinión, Shane Black parece implicitamente proponer un mea culpa de los Estados Unidos, una confesión de la conexión acción-reacción motivada por una política exterior de acoso-derribo y parasitismo, y un modelo económico que viene a lastrar al globo. La conversión de Killian en un terrible antagonista se produce porque un soberbio Stark (i.e. EEUU) lo deja plantado el día de fin de año. Si Stark/ EEUU hubiera prestado atención a su amigo Killian/Oriente Medio, este no hubiera devenido terrorismo. Voilá. Black nos catequiza sobre la historia reciente. Ahí va eso. En pantalla grande, en plan mainstream y sin que nadie diga mi boca es mía.
Sólo por los huevos de meter este mensaje-cuña, le doy un seis. Por eso, y porque la película aunque tonta, es tremendamente entretenida.
Nada más, les animo a ver la película, cuyo argumento han venido a contar por aquí setecientas mil millones de veces (soy andaluz aunque trasplantao, qué le vamos a hacer), y se pongan a pensar en este silogismo: si Iron Man ejemplifica un América que recupera su conciencia, ¿qué es su antagonista sino el resultado de una conciencia de culpa?
Y por favor dejen de comerse el coco con si el videojuego les pareció más o menos molón. ¡Cago en la mar!
- 1. Mandarín pierde protagonismo. ¿Por qué? Ya sabemos por qué no puede ser chino. En primer lugar, es obvio que Mandarín es un remedo de Bin Laden. En segundo es obvio que el remedo es falso, luego Bin Laden ¿también lo fue? Black nos dice que el grtan enemigo es un enemigo de pega. La película plantea el terrorismo como una casa de doble fachada: por un lado, la máscara; por otro, el enemigo interno. El Mandarín de nuestra infancia es aquí solo un cuestionamiento de la figura de Bin Laden. ¿Fue real, qué hubo detrás? Ya la preguntita se antoja espinosa. Ah, pero entonces, viene lo siguiente...
- 2. La caída de los pasajeros del avión constituye una reescritura de las muertes en caída libre del 9/11. Toma ya. En lugar de la gente cayendo de los rascacielos, tenemos una reelaboración del atentado que ha marcado la historia reciente de EEUU. ¿Con qué intención? Para mí está claro. De igual modo que hiciera el endiosado Nolan en Batman 2, con la escena de los dos barcos, la escena sirve para presentar un símbolo ejemplar de los Estados Unidos. En efecto, un Estados Unidos donde la solidaridad del pueblo permite la salvación. Diríase casual, si no fuera porque andamos en tiempos de crisis económica y los mensajitos populacheros vienen al caso.
-3. Iron Man es presentado como el causante de sus propios monstruos. ¿Pensando en el 9/11, no les da qué pensar? ¿Y si hablamos de la crisis? ¿Y si les pongo la igualdad Iron Man/EEUU vs. Killian/ conflicto en oriente medio? En mi opinión, Shane Black parece implicitamente proponer un mea culpa de los Estados Unidos, una confesión de la conexión acción-reacción motivada por una política exterior de acoso-derribo y parasitismo, y un modelo económico que viene a lastrar al globo. La conversión de Killian en un terrible antagonista se produce porque un soberbio Stark (i.e. EEUU) lo deja plantado el día de fin de año. Si Stark/ EEUU hubiera prestado atención a su amigo Killian/Oriente Medio, este no hubiera devenido terrorismo. Voilá. Black nos catequiza sobre la historia reciente. Ahí va eso. En pantalla grande, en plan mainstream y sin que nadie diga mi boca es mía.
Sólo por los huevos de meter este mensaje-cuña, le doy un seis. Por eso, y porque la película aunque tonta, es tremendamente entretenida.
Nada más, les animo a ver la película, cuyo argumento han venido a contar por aquí setecientas mil millones de veces (soy andaluz aunque trasplantao, qué le vamos a hacer), y se pongan a pensar en este silogismo: si Iron Man ejemplifica un América que recupera su conciencia, ¿qué es su antagonista sino el resultado de una conciencia de culpa?
Y por favor dejen de comerse el coco con si el videojuego les pareció más o menos molón. ¡Cago en la mar!