En 2004 James Wan realizó una magnífica película de terror, llena de originalidad, que sabía mantener el suspense y la sorpresa hasta el final. El film obtuvo un gran éxito por lo que rápidamente se encargó la segunda parte, filmada por Darren Lynn Bousman, que resultó ser de una calidad notablemente inferior. Así pues había cierto temor antes de ver esta tercera parte, pues repite Bousman en la dirección, pero teniendo en cuenta que la historia es de Wan, la película ha sabido estar a la altura, llegando a conformar una de las mejores trilogías de terror de la historia del cine. El argumento trata de conjugar las tres partes en una, de manera que el temible "Puzzle" nos muestra que tenía una gran misión, una obra cuya dimensión sólo se puede entender al ver la trilogía al completo. Así pues tenemos numerosos flash-backs en relación a las partes anteriores en medio de toda una odisea que involucra a dos protagonistas: por un lado un hombre, Angus MacFayden (Braveheart) tiene la posibilidad de ver cumplida su venganza por su hijo muerto y por otro, una neurocirujana, Bahar Soomekh (24) debe mantener vivo al macabro Jigsaw para mantenerse ella misma con vida. No tiene la frescura del film original, pero sabe mantener la tensión tanto por los sorprendentes y macabros sucesos que se suceden como por las magníficas interpretaciones de todo el elenco de actores que confieren a la obra un gran dramatismo. Así pues, "Saw 3" supone un gran apoteosis final, no apto para personas sensibles, lleno de momentos de tensión y, cómo no, grandes dosis de sangre y vísceras. En un momento en que el cine de terror pasa por horas bajas, esta trilogía ha dado un nuevo sentido y originalidad al género, que esperemos sirva de inspiración a futuros proyectos.