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España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Comedia. Drama Los Hoover son una familia muy peculiar: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre fracasa estrepitosamente dando cursos para alcanzar el éxito, la madre no da abasto, el tío se está recuperando de un suicidio frustrado tras ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y guarda un mutismo absoluto. Y Olive, la hija pequeña, una niña gafotas y más bien gordita, quiere ser una reina de la belleza. Cuando, ... [+]
11 de agosto de 2013
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una familia desunida y algo rarita, para qué vamos a engañarnos, se embarca en un viaje por carretera para que la hija pequeña asista al certamen de Little Miss Sunshine, lo que viene a ser un concurso de belleza para renacuajas. Atención al citado espectáculo porque es monstruoso. Pobres niñas.

Dado este planteamiento, la película es lo que vendría a ser una tragicomedia que ni tiene tragedia ni tiene comedia. Puedes sonreírte, sí, pero reír, no. Tampoco llorar ni emocionarte por nada, aunque admito que ver cómo una familia une lazos es, por lo habitual, gratificante. Sin embargo, esto no basta para encumbrar una cinta a la categoría de peliculón. Viendo «Pequeña Miss Sunhine» me he dado cuenta de algo que es común en el cine, sobre todo de un tiempo a esta parte. Me explico.

La familia Hoover, por ejemplo, tiene muchos problemas, y problemas que son realistas a pesar de exponerlos de una manera exagerada y de sopetón. La drogadicción, la falta de comunicación, las diferencias generacionales, el fracaso laboral, la depresión o incluso la crisis matrimonial son situaciones que padecen los Hoover. El fallo más obvio es el retrato ligero y poco convincente que se hace de estos conflictos pero, aún peor, es la forma de resolverlos. Atención que aquí todo se soluciona de un minuto para el otro, y no a través de un desarrollo psicológico creíble y un esfuerzo meritorio, además de necesario, que desemboque en la superación de esos problemas. Qué va. Se ve que una persona que se intenta suicidar ayer mismo o un niño que lleva nueve meses sin hablar pueden arreglar sus problemáticas de la noche a la mañana, simplemente porque ven un bonito atardecer o escuchan un discursito sobre Proust. Qué poca sensibilidad.

Los personajes no te despiertan gran interés, pero la niña Olive es una ricura. El abuelo es insoportable, sinceramente. Diálogos olvidables en su mayoría y un guión que intenta dar sentido a lo que ocurre pero que se ve muy a las claras lo poco sutil que es. De hecho, que tengan que ir de viaje todos los miembros de la familia es, cuanto menos, discutible; y como esas, varias situaciones peculiares que hacen marchar la película hacia un desenlace optimista, posiblemente ambiguo y simplista, sobre el éxito, el fracaso y la identidad de las personas. Yo sólo digo que hay que ser consciente de nuestras limitaciones y tratar siempre de ser mejores de lo que somos. Eso no es malo, ¿no?

Poco relevante y poco simpática. Poco jugo se le puede sacar.
Kaori
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