Con los viajes en el tiempo me hago un lío de órdago, lo reconozco. «Déjà vu» plantea una hipótesis muy interesante: una línea temporal alterada por un hecho determinante que abre un universo paralelo con otra línea de tiempo. Fascinante.

Tony Scott nos deja un thriller policiaco de ciencia ficción, elemento que se añade con toda normalidad sin que desentone, explicado además con bastante tino, claridad y sensatez. Lo fantástico tiene su propia lógica y es coherente en todo momento, y esto es lo importante al enfrentarse a este tipo de temáticas. Bien construida, bien narrada y bien resuelta. La dirección se aleja un tanto de lo que nos mostró en su última etapa, pero mantiene lo que llamo el toque Tony Scott: fotografía fría, metalizada; barridos panorámicos, un intimismo que enriquece los personajes y las acciones; por ejemplo, la historia de amor, que es sutil y delicada, para mi muy hermosa.

A destacar en el reparto a un sobresaliente Denzel Washington, a un nivel que deja al resto algo cohibidos; la recuperación para el cine de un gordo y feliz Val Kilmer que pese a los años y los kilos no ha perdido la guapura, y a un gran James Caviezel interpretando a un llamativo villano al que le podrían haber sacado más jugo.

Una película que no decae, que despierta interés, entre la intriga y la ciencia. Distinta y muy entretenida.