Los primeros minutos de esta, la nueva aventura de Scorsese, resultan sumamente exasperantes, debido a un montaje lioso, pretendidamente innovador y precipitado, donde los personajes son presentados con rapidez y sin demasiado espacio, y las situaciones se suceden a borbotones sin ningún orden y sentido, con flashbacks mal distribuidos que sólo descolocan al espectador y molestan, además de momentos que parecen más dirigidos a acortar el metraje que otra cosa.
Las interpretaciones se inician en una línea intermedia, donde ninguno de los protagonistas logra desarrollar con enorme trazo su personaje debido a una presentación ciertamente desafortunada, sobresaliendo entre los demás un Nicholson que empieza con buen pie, respaldado por un DiCaprio aun contenido.
Lo mejor de estos primeros 45 min., son sin duda alguna los diálogos, que aportan dinamismo y buenos instantes, sin más.

Fría. Dispersa. Desbaratada.

A continuación, llega el mejor Scorsese, ese que es capaz de deleitar con las secuencias de acción más enérgicas y resolutivas al público, aportar enormes pinceladas a sus personajes, dejando que las emociones comiencen a invadir la pantalla (enormes algunos de los momentos de DiCaprio a medio metraje) y sorprender con su impecable y formal estilo.
Posiblemente sobran determinadas escenas que pecan de inverosímiles, o otras resueltas con cierta precipitación e, incluso, ciertos tintes excesivamente hollywoodienses (como la relación de Damon con Farmiga, por ejemplo)
Las interpretaciones empiezan a rayar aquí un enorme nivel, con un Nicholson totalmente destapado, DiCaprio logrando otra enorme actuación y Damon cumpliendo, además de geniales secundarios como Sheen y Farmiga, que cumple sin alardes. Eso sí, Wahlberg está horrendo y Baldwin casi paródico.

Trepidante. Aturdidora. Electrizante.

Finalmente, el realizador estadounidense, concluye de modo atropellado lo que, en la original (a la que, por cierto, no supera ni a la lejanía) resulta ser un final firmado con clase y sabohacer. Y no digo que Martin no posea esas virtudes, pero resuelve de modo impulsivo e incongruente un final que daba para mucho más, dejando hilos por hilar y un regusto ciertamente ácido, sobretodo por ese incomprensible final que nos brinda.

Agridulce. Mejorable. Satisfactoria.