Nada mas empezar la película vemos al director asegurándonos que solo nos va a robar un minuto de nuestro tiempo, para explicarnos que lo que vamos a ver a continuación es una película de serie B genuina. Por lo tanto, toda la cutrez y el mal gusto que va a desfilar delante de nuestros ojos durante 80 minutos parece estar mas que justificado, porque como bien dice el señor Reguant es una película de serie B, pero con B de basura. Y es que queramos o no ésta película lleva la B de:

- Basura en cuanto al guión, en el que se mezclan un montón de conceptos surrealistas que no hay por donde cogerlos.

- Basura en cuanto a la pésima puesta en escena de todos los protagonistas, que busca quedar minimizada por las tetas siliconadas de Sonia Monroy y las otras tres chatis. Y es que el director debió de pensar que dos tetas tiran mas que dos carretas (guión), y como la película es de serie B, todo queda justificado.

- Basura ante los enfermizos pensamientos del director, donde el hombre joven que sale no puede ser mas que gay. Las tres tías macizas les gusta hacérselo entre ellas, para disfrute personal del director que las observa tras las bambalinas. Y tenemos a un octogenario Manuel Zarzo que lo mismo le da besar labios, que lamer cuellos y cuerpos de chicas que podrían ser sus nietas. Pero claro, en éste caso todo vale porque es serie B.